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El lugar estaba lleno de luces en color neón, colores vibrantes y destellantes lamian enérgicamente los cuerpos en la pista de baile. El fuerte olor a cigarro hizo a Tay rascarse la nariz en un par de ocasiones. Recibió uno que otro empujón al estar tan cerca de la pista de baile.

Chicas con prendas reveladoras y coloridas llevando toda clase de bebidas, iban desde la barra hasta las mesas y cubículos privados de los costados. Una de ellas le sonrió y guiño un ojo cuando pasó rozandole los biseps con sus redondos pechos. Tay sintió su cara calentarse y los músculos tensarse por tan repentino "accidente".

Un abucheo general se escuchó cuando el DJ decidió que era suficiente de música electrónica. Para ese momento, Tay estaba empezando a cuestionar su decisión de ir a aquel lugar.

-Tay... Tay ¿Estas bien? -Preguntó Gun zarandeando un poco del brazo a su acompañante.

Tay lo miró fijamente antes de reaccionar de manera graciosa como lo hacía siempre, con movimientos expresivos y sonrisa cuadrada.

-¿Eh?, Si, si... estoy bien, es solo que... ha pasado un tiempo desde que no pongo un pie en estos lugares, han cambiado un poco ¿no?

Gun le dio una pequeña sonrisa junto con un puchero, moviendo su cabeza afirmando lo que el mayor decía.

-Si, pero si quieres podemos ir a otro que sea menos ruidoso P'.

Tay negro con las manos y la cabeza al unísono, Gun lo había llevado allí para que él se sintiera mejor y eso es lo que haría. Sin importar que la música y el ambiente no funcione para él.

-Hemos venido aquí para distraernos y celebrar que vuelves a la universidad a terminar tu carrera. Quedémonos y pasémosla bien. ¿Okey?

Gun asintió e hizo un gesto con los dedos en símbolo de Okey. La música volvió a sonar, esta vez no era tan destructiva al tímpano.


Gun tomó de los antebrazos a Tay y lo arrastró a la pista, quedando muy cerca de la barra. El sensual, pero rítmico sonido daba lugar a ondular el cuerpo, pero Tay seguía estático en su lugar. Si fuera New en lugar de Gun, él estaría buscando otra pareja con quien bailar. Tay nunca fue un gran bailarin y admitía tener dos pies izquierdos.

-Tay, vamos -Animó Gun con una linda sonrisa mientras movía sus brazos de manera desordenada. Lo que menos quería era que Tay estuviera de pie frente a él sin darse la oportunidad de disfrutar la noche.

-Me he olvidado de como hacer esto -Confesó un poco tímido mostrando una sonrisa apenada.

-¡Puff! Es muy fácil P'... Ven -Gun tomó sus muñecas para agitarlas en el aire, el rostro del mayor adquirió un hermoso tono rosa al momento que Gun meneó las caderas para mostrarle como se hacía. Hábiles movimientos de sus piernas hicieron rotar a sus caderas en círculos y de adelante hacia atrás. Cuando sus miradas se encontraron le dio una hermosa y resplandeciente sonrisa para que él deje los nervios. Así lo hizo.
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La quinta canción consecutiva había terminado. La sonrisa inicial de Tay no había desaparecido de sus labios. Gun pensó que sería imborrable - o al menos por esa noche- Él había tomado el ritmo a cada sinfonía distinta, sus pasos aunque algo torpes y descoordinados no se habían detenido, incluso cuando chocaron con alguien más.

Se sentía acalorado y estaba sudando a chorros, miró a su compañero frente a él y bueno, Gun estaba tan fresco como cuando había llegado, su rostro apenas se notaba perlado por una fina capa de sudor. Tay dudó incluso si era posible. Se había tomado el tiempo necesario para enseñar a Tay como mover las piernas y las caderas al golpe justo de la música. Nunca nadie le había dicho que era cuestión de coordinación. También había dicho que él, definitivamente había nacido para ser un gran bailarín, y que no tenía dos pies izquierdos. El corazón de Tay se había convertido en un algodón de azúcar debido a la dulzura con la que Gun hablaba.

Puedo Tenerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora