Puedo Tenerlo?

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-Bebé, ya estoy en casa - Gritó Off sosteniendo su maleta y unos cuantos rollos en su mano al entrar en la misma. Era domingo por la noche cuando volvió de su viaje de trabajo. Fue una semana larga y agobiante. Acoplarse a su equipo y que las cosas funcionen, era más complicado de lo que pensaba.

Aunque Tay ya le había advertido que sería así. Fue otra de las razones por las que él dejó aquel extenuante cargo.

Las cosas serían mucho mejor si Mild, no fuera tan exasperante y jodidamente arrogante, al parecer ella no entendía el concepto de: -Trabajo en equipo- Al querer sobresalir por encima de los demás, mucho menos entendía que él era el jefe de grupo, y que ella tenía que acatar sus órdenes. El ser la sobrina del dueño, seguramente le daba pie a su comportamiento. En fin, ya tendría tiempo para poder dejarle las cosas claras. Por el momento, solo quería ver a su persona favorita. Descansar entre sus brazos y olvidar todo lo relacionado al trabajo - Por lo menos, hasta que el día martes llegue- ya que se tomaría el día siguiente para acompañar a Gun a su primer día de clases en la universidad.

-Bebé ¿estas en la cocina? - Off hizo su andar hacía allá, pero Gun no estaba allí, frunció en ceño, la casa estaba demasiado silenciosa y oscura, apenas la luz de la cocina y la de las escaleras estaban encendidas. Ni rastro de Gun, mucho menos de su amigo -Bebé ¿estas durmiendo? - Se disponía a subir las escaleras, más se quedó al inicio de esta cuando escucho unos pasos rápidos bajando.

Gun estaba a unos tres escalones de distancia cuando detuvo su andar. Mirándolo a los ojos, con una sonrisa enamorada que dejaba ver sus bonitos hoyuelos.

-¡Papii, te extrañe tanto! -Gritó antes de lanzarse sobre él. Con un salto largo llegó hasta sus brazos, mismos que lo atraparon para pegarlo a su cuerpo.

Off casi cae por el impacto, poco le importó eso, solo quería estar cerca de él, respirar su aroma, tocar su piel, mirar sus ojos pequeños y sentir su aliento.

Los unió en un beso tierno, suave y sutil. Lo había necesitado tanto en los últimos días, que creía que podía morir sino llegaba a besarlo. La ternura fue muriendo enseguida, reemplazada por el aumento del suave ritmo, abriendo la boca en los labios contrarios, Off ladeó la cabeza para que profundizara más, ahogó un quejido cargado de deseo en la boca de Gun. Este ahuecó las mejillas para tomar la lengua de su novio como rehén; chupándola como si se tratase de una pajilla, se dio paso a la cavidad que en ese momento sólo podía dejarse hacer sin ningún impedimento. Su saliva era el mismo néctar de vida para Off, nunca dejaría de saborearla, tan caliente, el sabor a menta fresca lo hacía contraer las papilas gustativas.

Los brazos de Gun estaban fuertemente aferrados al cuello de Off. Liberó una mano para posarla sobre su mejilla y acariciarla. Off cerró los ojos dejando que su piel reciba el cariño de su pequeño, que su aliento le acariciara los labios, que el toque de nariz con nariz hiciera su parte en el revoloteo de las mariposas en su estómago al sentirlo cerca. El contacto con sus manos lograba dar calor, el suave tacto de los dedos por su rostro irradiaba ternura, los labios de Off dieron picos escandalosos en el cuello de Gun, este se echó a reír. Ese punto tenía dos reacciones en él -O era excitante, o muy cosquilloso-

-Papii, basta, me haces cosquillas -Le susurró removiéndose.

Off se separó con una media sonrisa en los labios. Ambos se miraron como si fuese su primera vez, sus corazones también se daban un saludo, palpitando con fuerza uno contra el otro en un ritmo sincronizado - Dos latidos por segundo- Juntaron sus frentes, chocaron su nariz una vez más con melosería.

-Amor ¿no sabes cuánta falta me hiciste? -Le susurró Off cerca de los labios; pero no los tocó -No sabes como extrañaba tu piel, tus besos, tu aroma -Se quedaron así, en esa posición cerca de un minuto, respirando el mismo aire, compartiendo el mismo sentir. Su amor era así. Siempre tan puro, tan profundo, tan delicado e intenso. No sé exigían más de lo que podían dar.