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El sol se alzaba distante y la oscuridad iba perdiendo terreno según los minutos pasaban. La bulla de los autos y las aves se escuchaban lejanas aún.
Despertar para Off nunca fue tan difícil, nunca le había costado tanto levantarse de su nido cálido hecho con sábanas blancas y edredones coloridos, eso nunca fue un gran problema para él. Claro, eso fue mientras durmió solo, porque desde que compartía la misma cama con él, con su bebé - como él le decía - era una tarea casi imposible.

Off tenía 28 años y era arquitecto. Conoció a Gun al realizar una ampliación en la biblioteca donde él menor trabajaba. Al principio, Gun ignoraba todo coqueteo que él le hacía, pero darse por vencido no se le estaba permitiendo a Off Jumpol. No cuando ese pequeño le había robado el aliento y pintado mariposas revoloteantes a su alrededor.

Cuando terminó su trabajo allí, Gun pensó que no volvería a verlo, en parte, por eso no tomaba en serio sus palabras. Sin embargo, para la sorpresa de este, Off volvía todos los días al terminar su turno del trabajo. Eso en el fondo le encantaba al castaño, y a quién no, si Off estaba más bueno que pan recién salido del horno. Era alto, blanco, inteligente y delgado, además tenía ojos pequeños y cabello negro. Pero eso no era suficiente para aceptar sus insinuaciones, Gun no quería una relación, y eso Off lo sabía muy bien.

Al cabo de 6 largos mes meses. Salidas al cine, a comer, al parque de diversiones, y más que nada, a la discoteca - ya que Gun amaba bailar- Cosa que Off no disfrutaba mucho, pero por él lo hacía. Nada era demasiado imposible si era con Gun.
Y tal como dice el viejo refrán: "El que la sigue, la consigue". Eso fue lo que pasó con ellos.
Una noche después de cenar, Off estaba listo para por fin declararse. Con las manos sudorosas a pesar de ser invierno, y los nervios a flor de piel, comenzó lo que tanto había ensayado por días completos.

-Gun..., eh... bueno, yo... no sé cómo decirlo... yo y tú... ¡No! Espera, tú y yo... - Gun lo observaba divertido con una ceja en alto, pues sabía lo que quería decirle Off, lo había escuchado repitiendo esas mismas palabras vacilantes antes de tocar su hombro cuando se encontraron en el parque frente a la biblioteca. - Pues mira... tú sabes lo que... -Off se llevó las manos a la nuca en desesperación por no poder soltar esas palabras a las que le tenía miedo. ¿Y si lo rechazaba? ¿Y si se reía en su cara? ¿Y si lo abofeteaba y le daba una pata en sus partes nobles? ¿Qué haría entonces? Ya podría verse en las redes sociales como: "El idiota que fue rechazado públicamente"
Con un gran suspiro desechó las ganas de declararse. Otra vez.
-¡Oh! No es nada - dijo finalmente. Decidió no darle más largas al asunto para seguir su corta caminata por la orilla del rio.

-Si quiero - reconoció Gun casi como un suspiro. Así de frágil, así de delicado, casi como una leve brisa otoñal su voz salió e impactó en los oídos del mayor.
Off quedó paralizado por unos segundos, incluso empezaba a dudar si estaba respirando normalmente. Su cabeza estaba procesando la respuesta del menor. Tragó en seco, mientras su cuerpo temblaba ligeramente y sus mejillas se pintaban de rosa. Tomó una larga inhalación y entonces se giró con una bobalicona risita escapando de sus labios.

Lo observó. Su flequillo cubría sus ojos, sus mejillas rojas totalmente y sus manos se retorcían nerviosamente. Adorable, pensó. No dudó en tirarse hacia a él para unirlos en un fuerte abrazo. Lo abrazó con todas las fuerzas contenidas desde que lo conoció. Con tantas ganas, tantas, que sus brazos amenazaban con no soltarlo jamás. Quería gritar que estaba muy feliz y que también lo haría muy feliz a él. En lugar de ello, decidió preguntar:

-¿Cómo sabías lo que quería preguntarte? - susurró en el oído del pequeño.

Gun lo tomó por el rostro y con mucha delicadeza lo besó. Un beso suave, sin profundidad y con mucho amor. Sin separar los labios del todo le respondió:

Puedo Tenerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora