▬▬▬ chapter fourteen

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capítulo décimo cuarto  ━━ La especialidad del ángel apócrifo 》

《 capítulo décimo cuarto  ━━ La especialidad del ángel apócrifo 》

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                        Por la mañana, cuando el sonido matutino se combinaba con el aire frío, el muchacho de aspectos felinos se vio despierto. Desorientado, entreabrió sus ojos, sintiendo esa pesadez de querer seguir durmiendo, al punto de apenas ver con nitidez el techo. Era inevitable no sentirse de tal modo. El ambiente era tan apacible, pues con las cortinas cerradas había una oscuridad agradable; el aire acondicionado en una temperatura moderada le daba el gusto de estar acobijado por completo, gozando del grosor de la cobija; además, la calidad del colchón y las almohadas eran irresistibles.

     Atsushi nunca había dormido de forma tan placentera en su vida. Muy diferente a las viejas y chirriantes camas del orfanato, donde uno que otro resorte atentaba contra sus costillas y el sonido por cada mínimo movimiento impedía un sueño plácido. También era diferente a dormir en el futón del apartamento que le otorgó la agencia, que es mucho más cómodo que esas viejas y para nada queridas camas. ¡El futón era una maravilla a comparación! Pero no era igual a un colchón de esa gama.

     Puede que incluso sea una tontería, pero el portador del tigre juró haberse recostado sobre pomposas nubes.

     De manera inevitable, miró a un lado, donde recordó haber visto un reloj digital la noche anterior, el cual marcaba ahora las seis y cuarenta de la mañana. Para su mala suerte, no podía volver a dormir, teniendo cierto temor a llegar tarde y ser reprendido por Kunikida, pero tampoco deseaba levantarse. La opción más viable, era cerrar sus ojos, disfrutando de la comodidad y esperando no quedar dormido.

     Sin embargo, no pudo darse el lujo de gozar de aquella decisión al tener en cuenta el sonido que lo había despertado hace un minuto. Se despertó al escuchar cosas en la cocina ser removidas, intuyendo que era la mujer que ahí residía. En su mente llegó a preguntarse si Uriel solía levantarse tan temprano, ya que, si se concentraba lo suficiente, era capaz de escuchar cómo un sartén era movido constantemente. Gracias a eso, recordó la conversación que tuvo con Uriel antes, admitiendo cuan sorprendente eran sus sentidos ahora; no obstante, ese desvarío se esfumó al por fin verse despierto, sintiéndose apenado por lo desconsiderado que estaba siendo. Uriel estaba siendo muy amable en dejarlo quedarse y no estaba dando ni la más mínima ayuda. Si bien era un invitado, sentía pena por abusar de su hospitalidad.

     Sin tardar mucho, enredándose en la cobija por sus rápidos movimientos, salió de la cama para tomarse el tiempo de arreglarla, tratando de imitar el orden en el que la había encontrado antes de descansar allí. Del mismo modo, trató de acomodar sus desordenados cabellos antes de abrir la puerta y salir.

     Estando afuera, lo primero que sintió fue el olor provenir de la cocina, creando un cosquilleo en su nariz por el aroma; tras acercarse un poco, atrás de la barra, veía la espalda de Uriel, removiendo con cautela algo que no alcanzaba a ver.

Angel ━━Osamu DazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora