▬▬▬ chapter eight

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capítulo octavo  ━━ dos lados de la espada 

                    Tras una larga caminata, el par de luceros, similares al esplendoroso azul del alba, recorrieron con aprecio y cierto deje de sorpresa la entrada de aquel sagrado lugar, admirándolo con encanto y respeto

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                    Tras una larga caminata, el par de luceros, similares al esplendoroso azul del alba, recorrieron con aprecio y cierto deje de sorpresa la entrada de aquel sagrado lugar, admirándolo con encanto y respeto. 

     Con cautela y lentitud, comenzó a descender por los escalones de blanca cerámica, tomándose su tiempo para admirar cada detalle de su alrededor, siendo meticulosa al ver las tumbas que se hallaban repartidas a su alrededor, a las cuales brindaba una que otra palabra de buen deseo para su plenitud fuera de lo terrenal. 

     Nunca había pensado en ir a un camposanto en su estadía en Japón, mas ahí estaba, dando una visita inesperada a donde los difuntos reposaban. El objetivo de su visita era fácil; a pedir de Ranpo, debía buscar a Dazai para que volviera a la oficina. Con mucho ingenio y luchas con el mapa, además de las especificaciones con las que Kunikida le auxilió, pudo llegar a donde ahora estaba. 

     Una vez bajó gran parte de la escalera, el motivo de su visita se hizo notar ante sus ojos. Osamu reposaba a espaldas de una tumba, acobijado por la sombra que le brindaba el frondoso árbol que estaba a centímetros de él, arrullado por la suave brisa que pasaba entre el campo. En ese momento, deseó poder observar qué tipo de expresión poseía en tan calmante lugar y grabar cada detalle. Mas, para pena de Uriel, debía aniquilar esa tranquilidad que envolvía el cuerpo del hombre de penurias. 

     Dudó por un instante antes de caminar silente hasta quedar frente a él. Un atisbo de sonrisa decoró sus labios al tener plena vista de la relajada facción que inusual se encontraba en el rostro varonil, viendo la importancia que poseía quien descansaba ahí. 

     Cielo y tierra se conectaron después de días de alejamiento, creando un pequeño revuelo en el interior del de hebras avellanas. De todas las personas que podía ir en su búsqueda, ¿justamente ella era quien debía estar ahí?

   —¿Está visitando a alguien, Osamu? —inició con lo obvio, teniendo sosiego en su tono, manteniendo su mirar en los orbes que tanto le rechazaban.

     Al hombre no le simpatizaba la idea de verse relacionado con esa mujer, mucho menos en ese lugar. No la quería ahí, no quería hablar con ella cuando embriagado por su nostalgia había decidido ir a dar una visita; empero, sonrió para ella con bellaquería y sarcasmo. 

   —Dígame qué quiere —musitó en un tono endulzante y tranquilo. 

     Uriel sintió impresión por su forma de hablar, mostrándolo con honestidad al contraer su pupila un poco. Sus ojos mostraban lo contrario y no parecía sorpresa que él haya manifestado algo distinto, mas no pudo evitar caer en el asombro. 

Angel ━━Osamu DazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora