▬▬▬ chapter twenty eight

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  《 capítulo vigésimo octavo ━━ consumismo 》

                    La costumbre pareció forjarse a un ritmo rápido y sorprendente

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                    La costumbre pareció forjarse a un ritmo rápido y sorprendente. El contraste que se apreciaba de sus primeros encuentros hasta ese punto era resaltante, irregular, pero extrañamente, armónico; sus maneras de relacionarse eran tan cambiantes que pensar en ello resultaba ser divertido, interesante y, en cierta parte, satisfactorio.

     Uriel sonrió para sí misma al tener tales imágenes transcurriendo por su mente.

     —¿Buen pensamiento, Uriel? —preguntó una de las asistentes del lugar en un perfecto sueco.

     —Más que perfecto.

     Ante sus ojos, se hallaba la figura de una alta mujer extranjera uniformada, que lucía en su cuello un carnet de origen sueco y sonreía sin motivo aparente, quebrando la imponente imagen que transmitía. Laleh, durante esa tarde, se hallaba vestida con ropas formales y elegantes que realzaban su porte, brindando una sensación de grandeza.

     —Aquí tienes, Uriel. Es el registro de viajes que nos pidió. En esta carpeta están los informes solicitados, en esta las actividades comerciales y aquí los reportes de negociaciones.

     En ese salón ejecutivo de costosa procedencia, la dama de cabellos anochecidos y claros ojos ciegos reposaba en la silla adyacente a la vacía cabecilla, rodeada de folios llenos de documentos en su lado de la exagerada mesa. Era la única que ocupaba uno de estos sillones, estando sola en la silenciosa sala la mayoría del tiempo. Solo a veces entraba una muchacha a llevar o retirar aquellos papeles que pasaban por las profesionales manos de Uriel.

     Tenía mucho trabajo de por medio, siendo la única que ejercía una función indispensable en ese momento, teniendo que ser asistida por las otras personas que se hallaban al servicio. Había fechas, números, nombres, clausulas y otro conjunto complejo y delicado de cosas que abrumaban su cabeza. Como prueba de ello, había una taza de café del otro lado de los folios, la cual iba siendo cambiada cada cierto tiempo al hallarse vacía de contenido.

     En medio de su labor, Uriel se detuvo a darle una degustación a la nueva taza que habían traído, tomándose un momento para disfrutar de la energizante cafeína. Pese a todo ese trabajo, el tener en su mente aquel pensamiento inicial la ponía de un mejor humor; un humor que la ayudaba a leer esa pila de archivos escritos en su lengua materna.

      Su cabeza se sentía mareada entre ese mar de letras y el silencio gélido de la sala, donde cada mínimo movimiento hacía eco en las paredes. No era una situación a la que era ajena, pero no por ello se convertía en una fácil de lidiar. Cada vez le generaba un estrés único y diferente.

     En el momento preciso en el que la azabache comenzaba a juguetear con pereza con su bolígrafo al leer, la puerta principal de la sala fue abierta, seguida de elegantes pasos apresurados.

Angel ━━Osamu DazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora