▬▬▬ chapter thirty one

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capítulo trigésimo primero ━━ hasta el día selecto 》

《 capítulo trigésimo primero ━━ hasta el día selecto 》

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⠀⠀⠀⠀⠀Los días de ocio llegaron a su fin. Pasado unos días llenos de una mezcla de relajación y comodidad, Uriel retomó las pausadas actividades en la agencia armada de detectives. Visualizar el edificio rojizo le transmitía una sensación de calma. El olor a granos de café se filtraba por las escaleras que llevaban al primer piso de la agencia. Al llegar, nada parecía haber cambiado; los trabajadores mantenían su ritmo, ese al que tanto se adaptó al trabajar un buen tiempo en aquel lugar.

     Uriel sonrió. De cierta forma la agencia se había convertido en un lugar que permanecería en su corazón. Su extensa visita a Japón no era nada si no incluía a la Agencia Armada de Detectives. La agencia era parte protagónica de su viaje, un sitio común al que ir y pasar el rato, haciéndola sentir menos perdida, guiarla en el conocimiento del lugar extranjero a su conocimiento y manteniéndola alejada de la extrañeza de no tener algo familiar a su alrededor. Apreciaba mucho lo que ese organismo ha simbolizado a lo largo de su estadía.

     —¡Uriel!

     La voz infantil y animada de Kenji fue la primera en recibirla. El muchacho la miró amistosamente, manteniendo una sonrisa amplia en su expresión. Él no podía hacer sus habituales gestos debido a las limitaciones que tenían sus manos. Pesadas cajas yacían sostenidas con firmeza en sus palmas, entorpeciendo un poco su andar al tratar de mantener todas en equilibrio. La dama extranjera sonrió, regresándole la atención al chico.

     —Hola, Kenji. ¿Has estado bien? —preguntó, acercándose a él hasta mantener una distancia prudente para no estorbarle.

    —Bastante bien. ¿Qué hay de ti? No te he visto desde hace semanas.

     —He estado ocupada, pero, pese a eso, he estado bien —contestó con calma, mirándole las manos al menor—. ¿No es eso muy pesado para ti?

     —¡Para nada! —contestó tras sacudir la cabeza—. Está perfectamente equilibrado y liviano para mí. —De esa forma, para probar su punto, él alzó las cajas con sus manos, subiéndolas y bajándolas con dominio—. ¿Lo ve? Está todo bien.

     La mujer asintió, admirando la habilidad de hacer ver fácil un trabajo como ese pese a ser un muchacho tan pequeño. A veces le parecía curioso cómo la agencia podía tener miembros tan jóvenes entre sus filas. Atsushi y Kenji eran chiquillos en pleno desarrollo que ya encaraban situaciones a las que ella misma palidece. «Son de materia distinta» suponía. No era nativa y desconocía un montón sobre la crianza japonesa, pero, sin duda, estaba segura que ningún chico sueco hallaría las agallas para hacer lo mismo. Por supuesto, estaba generalizando. Quizá no todos los jóvenes japoneses fueran así, mas curioso le era cómo había dos de ellos en la agencia.

     —Debo dejarla, Uriel. Kunikida quiere terminar esto hoy, así que tengo que hacerlo rápido.

     —Está bien, Kenji. Suerte con lo que tengas que hacer.

Angel ━━Osamu DazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora