▬▬▬ chapter twenty one

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capítulo vigésimo primero ━━ recuerdos tristes de un pasado alegre

                   Durante la frívola noche, en el apartamento gubernamental, la mujer que habitaba en este no evitó suspirar

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                   Durante la frívola noche, en el apartamento gubernamental, la mujer que habitaba en este no evitó suspirar. Recién había terminado una llamada, dejando el teléfono sobre la barra, observando el papeleo que cargaba la pequeño mesa de la sala, sintiendo otro dolor de cabeza.

     Eran las nueve de la noche, apenas había llegado al apartamento diez minutos atrás, siendo irritada por vigésima cuarta vez en el día a causa del sonido de su teléfono cuando apenas cruzó la puerta. Ya acostumbrada a la voz de su jefe durante esos días, esperaba que fuese él para encargarle más trabajo del que ha poseía, mas no fue el caso. El emisor de la llamada había sido su padre, quien se dio el lujo de hacer una llamada internacional.

     Su progenitor estaba sumamente receloso por la tardanza en su viaje a Japón, detalle que la desconcertó. Sabía que su padre era bastante sensible, a fin de cuentas, era hija única, pero estaba acostumbrado a no verla tan seguido como le gustaría; habían pasado unos buenos años desde que dejó de vivir a su lado, solo los veía en fechas importantes, en el caso de que estuviese en la capacidad de asistir.

     En un principio, se asustó al descubrir que era su padre, porque recuerdos pasados le dejaron una mala experiencias con las llamadas, pero no era nada de qué preocuparse, él solo quería saber cómo estaba su hija en el extranjero.

     A pesar de creer lo que dijo, no estaba convencida del todo, quedándose con la duda de si había pasado algo para recibir una llamada internacional de su padre.

      Uriel, presa de cierta pesadez, se dirigió a la cocina, poniendo a calentar agua para preparar café. Ah, un delicioso café mezclado con chocolate, con la cantidad justa de azúcar, y si se le antojaba, una cucharada de leche, haría de su noche algo más relajante.

     Ciertamente, a pesar de tener trabajo nuevo a su cargo, esa noche no estaba disponible para hacerlo. Llevaba seis días desvelándose por hacer itinerario, agrupar materiales y redactar informes.

     Esas partes de su trabajo eran agotadoras, pues entre más ocupado esté su jefe, más trabajo iba a tener. Estando de viaje constantemente, era el doble.

     Tomarse una noche libre, sin pensar en el trabajo, olvidar por un rato el sonido de su tono de llamada y beber un café era algo que necesitaba...

     Después de todo, tenía muchas cosas en su cabeza. Una de ellas —y la que más dominancia tomó en su mente— era esa noche con Dazai.

     Ya lo había dicho, mas aún tenía la necesidad de decirlo de nuevo: había sido una experiencia inigualable, tan encantador para ella, que no evitaba sentir el regocijo en su piel. Los ojos de Dazai se ahogaron en un mar de pensamientos y sentires, los cuales tocaron y sedujeron el corazón de Uriel,  dejándola cual marinero dispuesto a recorrer esos colosales mares.

Angel ━━Osamu DazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora