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Subí al bus acomodándome la mochila al hombro y me detuve en medio de las filas buscando a mis amigos. No me fue difícil encontrarlos, para nada, todos estaban hasta al fondo así que comencé a caminar hacia allá. Luke usaba cascos y movía su cabeza al ritmo de la música sonando en ellos, el asiento junto a él estaba libre así que pensé en ocuparlo. Detrás de él estaban sentadas Paris y Brina, parecían estar contándose un cotilleo muy interesante por los gestos en sus rostros y la manera tan animada, y confidencial en la que hablaban.

Del otro lado estaba Miles con su consola de videojuegos, lucía concentrado en lo que sea que estuviera jugando y el lugar junto a él también estaba vacío.

—¡Lex!

La voz de Ashton me llamó, descolocándome. Estaba sentado a dos filas delante de Miles, su peculiar sonrisa radiante causó mi corazón suspirar por él, al igual que a las mini yo que trabajaban en mi cabeza; alzó su mano llamándome y me acerqué dudosa.

—¿Si, Ash? —pestañeé dos veces, tres veces en realidad.

—Siéntate conmigo durante el viaje —me pidió, sin borrar esa sonrisa que me ponía nerviosa—, claro, si quieres. A menos que… no lo sé, hayas planeado sentarte con alguien más.

—Y-yo…—dudé un instante y guardé silencio respirando profundo.

«No hagas el ridículo, Alexandra» me reproché, mirando sutilmente hasta donde Luke estaba. Se suponía que iba a sentarme con él, pero…

—Por favor —Ashton insistió. Me estaba insistiendo, a mi, joder ¿es que era un sueño? Supuse que a Luke no le molestaría, después de todo, sabía que compartir asiento con Ash era algo a lo que no me podía resistir—, tengo chocolates y doritos, soy un excelente compañero de viaje. Prometo no aburrirte.

¿Aburrirme él? Jamás.

En ese momento Luke alzó la cabeza sin dejar de moverla al ritmo de lo que sea que escuchaba, me miró por un instante con el ceño fruncido y después alzó sus comisuras y sus pulgares. Bien, con eso quedaba claro que le parecía perfecto que compartiera lugar con Ash.

Me guiñó un ojo y bajó las manos.

—Pues, vale, esta bien —sonreí, volviendo mis ojos al chico frente a mí y me descolgué la mochila para acomodarla a mis pies.

—¿Sabes? No creí que vendrías —comentó. Toda su atención estaba dedicada plenamente a mi, mis emociones gritaban, bailaban, festejaban de felicidad.

—Yo tampoco creí que vendría —murmuré con una pequeña mueca.

No estaba segura, no al cien por ciento. Fue Luke en compañía de Brina por medio de la video llamada anoche los que terminaron de convencerme de no faltar.

Ashton seguía sonriendo, su sonrisita era tan hermosa y ladrona de corazones. Estaba gritando internamente, me sentía tonta por sentirme de esta manera con él y por mi enamoramiento hacía su persona, pero es que él era, Dios, Ashton era…

—¿Ashton?

La voz de Leight llenó el espacio con un tono que no pasó desapercibido, ambos levantamos la mirada hacía la rubia y tragué por la manera tan asesina que me observó. Leight me miró como si no fuera más que un bicho insignificante y pasó sus ojos al muchacho a mi lado. Me congelé, todo lo que pude hacer fue pestañear. Sospechaba que los presentes en el bus miraban curiosos el momento para ver que haría ella.

Pero ellos no estaban juntos, así que no tenía porque hacer una escena.

—Pensé que nos íbamos a sentar juntos —murmuró altiva y ladeó la cabeza con confusión. ¿Sentarse juntos? ¿Pero es qué estaba chiflada? No estaban juntos, ella le había terminado—, habíamos planeado esto desde el tercer año. ¿Aún sigues molesto por…-

 Noches De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora