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El vestido azul floral, mi cabello peinado en ondas suaves y un sutil maquillaje sencillo. La toga y el birrete de color blanco se sentían tan pesados pero a la vez tan livianos en ni cuerpo. Finalmente el día había llegado y se podía sentir la euforia en el jardín de Oldstone High donde tanto padres como alumnos presenciaban el evento del día que había amanecido soleado.

La graduación…

Ashton me había regalado flores que mi padre terminó sosteniendo cuando nos toco sentarnos para el inicio del acto. Todos los graduandos estábamos adelante y de blanco por las togas, Bri y Paris estaban lejos de mi al estar organizados por el orden alfabético de la inicial de cada apellido, Ashton estaba a dos filas delante de mi. El acto comenzó a eso de las ocho de la mañana con un discurso del director y el himno nacional. No mucho después, el director Marshall introdujo a Grecia White, la estudiante con el segundo promedio más alto, después de Luke. Ella daría un discurso inicial, uno que… terminó siendo un poco soso, aburrido y al que muy pocos le prestaron atención, me incluí.

Así que cuando terminó, fue un alivio para muchos.

Ciento treinta y siete graduandos fuimos los que subimos al escenario por nuestro diploma. Miles, Bri y Luke iban antes que yo, eran de los primeros. Verlos allí arriba, recibiendo su diploma me hacía sentir inmensamente feliz, por un instante, nos visualicé como esos pequeños de primer grado que poco a poco fueron construyendo una amistad que perduró por muchos años, y que anhelaba siguiera así, incluso si todos tomábamos caminos separados después de esto.

Mi turno vino después del de Ashton. Fui de las últimas, respiré y mantuve la calma en el momento en que me tocó subir al escenario por mi diploma, me esforcé por no tropezar con mies y caer. Tuve un saludo de manos con las principales autoridades  de la institución y por último, con el director que me hizo entrega del diploma de graduación.

Esta era una etapa que… ahora que estaba pasando, se sentía muy fugaz.

Después del ultimo estudiante en subir, el director llamó a Luke al escenario para dar el discurso de despedida, ese discurso que se vio un poco difícil de escribir para él.

Luke subió, sereno y tranquilo. Con una pequeña sonrisa amable y se posó frente al atril dejando las notas de su discurso encima. Como representante de esta generación y estudiante con el mejor promedio, le costó un poco escribirlo.

—Decía Aristóteles que «Las raíces de la enseñanza son amargas pero la fruta, sin embargo, era dulce» y vaya que tenía razón en unas pocas palabras, porque, poco a poco nos vamos dando cuenta que detrás de un duro esfuerzo se encuentra una grata recompensa —dio inició con el discurso de graduación y aunque se le veía un poco nervioso, él intentaba mantenerse tranquilo y seguro. Se tomó unos pocos segundos antes de seguir hablando y mantuve mis manos apoyadas debajo de mi mentón—, para mi es un gran honor, una honra y una inmensa responsabilidad el poder estar de pie aquí hoy, representando a mi generación de graduandos y alegando con mi voz por todos ellos buscando expresar a través de unas cuantas palabras los sentimientos relacionados con la conclusión de esta etapa que abarca no solo un sinfín de vivencias, aventuras, momentos y emociones, sino, un capítulo de nuestras vidas repleto de memorias, recuerdos y triunfos. Mil y un anécdotas se acumulan al mirar al pasado, un pasado que forma parte del presente y que nos ha convertido en quienes somos. Algunos extrañaremos esta etapa, algunos no, algunos echaremos de menos las risas, los juegos, las anécdotas e incluso los regaños del profesorado. Atravesamos una mezcla de alegría y orgullo, melancolía y satisfacción.

»Cada uno de nosotros, como individuos, esta dejando una historia atrás con Oldstone High. Hoy es un día que recordaremos durante mucho tiempo, si no es que por el resto de nuestras vidas como la primera meta culminada para muchos de nosotros. Si de algo puedo hablar con certeza es que volveremos a pensar en este momento, y lo haremos con nostalgia porque marca el final de un periodo de nuestras vidas, uno que hemos tenido la oportunidad de compartir. Los años de preparatoria fueron intensos, en el aprendizaje y en lo emocional. Fue una atmósfera de estrés, de competencia, de trabajo, de esfuerzo, de solidaridad, de formar amistades, una segunda familia.

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