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El martes por la tarde después de clases estaba en Poppy’s con Luke que intentaba explicarme matemáticas, y él realmente estaba esforzándose por completo para hacerme entender ciertas cosas de la asignatura que no entraban en mi cabeza. Algunas personas no estábamos hechas para los números, no a todo el mundo se le daba y eso estaba bien. Las personas no eran iguales y porque a algunos se les hicieran sencillas las matemáticas no significaba que a otros ese hecho los volvieran torpes.

Después de un descanso de varios minutos, Luke estaba escuchando Trying not to love you en sus auriculares a un nivel tan alto que yo a su lado, al volver con nuestros chocolates tibios y dejarlos sobre la mesa pude escuchar perfectamente la voz de Chad Kroeger sin esforzarme y seguirle el ritmo.

Pinché su brazo con mi bolígrafo al notarlo distraído mirando por el ventanal, aquello le hizo voltear a mirarme y sacarse uno de los cascos.

—¿Qué? —preguntó.

—Ashton me mandó un mensaje —respondí, arrimando frente a él el vaso de chocolate y frunció las cejas en son de: prosigue—, y quiere salir conmigo en una hora.

—Pero se supone que te estoy ayudando a estudiar —Luke frunció las cejas marcándolas más y se quitó el auricular restante—, me pediste esto, Lexs. ¿No crees que es más importante?

De que lo era, pues si, lo era. Pero…

Era Ashton.

Al ver que me mantuve en silencio, Luke soltó un suspiro y se restregó los ojos con ambas manos.

—No puede ser —chasqueó—, sabes que me alegra muchísimo por ti que al final puedas cumplir ese sueño imposible de salir con ese alguien que te ha gustado durante bastante tiempo…-

—Años —interrumpí, para corregirle.

—Eso, años —dijo—, pero ¿no es más importante el hecho que puedas pasar tu examen final? Porque ayer estabas más que perdida y hoy vas por el mismo camino.

—Pero Luke…-

—Al final es tu decisión —se encogió de hombros, interrumpiéndome y siendo mi consciencia—, y tu decides que hacer, nadie más que tu misma tiene el poder para decidir lo que es mejor para ti.

Diablos. Maldición. Demonios.

La cuestión estaba entre estudiar para entender y aprobar mi examen, o ir a otra maravillosa e increíble cita con Ashton. Cada vez que pensaba en salir con él se sentía tan surrealista e irreal que me costaba un poco comprender y entender el por qué yo, o la razón de como comenzó a interesarse en mi.

—Quiero ir con él —confesé, y justo al siguiente segundo creí que ver en el rostro de mi mejor amigo una desapercibida mueca de decepción.

Luke, que siempre me apoyaba. Luke, que nunca ponía en duda mis decisiones lo estaba haciendo en este momento aunque intentase disimularlo.

—Si es lo que quieres…—soltó, frunciendo los labios.

—Si, es lo que quiero.

—Bien, Lexs. Entonces ve. No pasa nada, mañana nos reunimos y terminamos de estudiar antes de tu examen.

—Eres el mejor, Lu —le sonreí, y me incliné hacia él para besar su mejilla. Olvidé por completo mi chocolate caliente, que ya debía estar tibio.

Luke alzó sus comisuras en una sonrisa curva de boca cerrada y el hoyuelo en su mejilla se marcó, pero algo no pasó desapercibido para mi y fue la sensación de latente decepción de su parte al ver que había elegido ir a una cita con Ashton antes de que él siguiera explicándome matemáticas para mi examen.

 Noches De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora