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—¿Alguien quiere mostaza?

El jueves por la noche después de clases nos encontrábamos reunidos en el patio de la casa de Miles y su padre se había ofrecido a hacernos hamburguesas. El señor Jack, era muy amable, más sociable y conversador que su hijo; y siempre que íbamos a su casa no paraba de decir que no comprendía como es que éramos amigos del ermitaño de Miles.

Misterios misteriosos de la vida, supongo.

—Yo, por favor —Bri alzó la mano y Paris le alcanzó el envase de la salsa.

Bebí un sorbo del vaso de mi refresco y miré a Ashton que, extrañamente, se había mantenido un poco callado y aislado para ser él.

—¿No vas a comer? —pregunté, colocando el vaso sobre la superficie de madera y él hizo una fugaz mueca.

—No quiero, estoy bien. No tengo hambre.

 Luke a su derecha volteó a mirarlo con un aire de complicidad y fui consciente de como lo reprochaba con la mirada. Entendí al instante que Luke sabía algo que yo no, claro, era su mejor amigo… Luke sabia muchas cosas de Ashton que yo no, pero lo que no entendía era su desconexión con lo que le rodeaba desde la mañana.

—Deberías comer —dijo Luke, insistiéndole. Mas bien, fue una especie de orden.

—Sabes lo que va a pasar si me como una hamburguesa —Ash le miró devuelta y yo arrugué el ceño totalmente ajena, no entendiendo nada.

¿Eh? ¿Qué iba a pasar?

Me obstinaba no estar al tanto de algunas cosas.

—No soy tu —le soltó después, su teléfono emitió un ruido y seguidamente lo tomó de la mesa campestre para revisarlo, no alcancé a leer la pantalla pero sea lo que hubiese visto, le llevó a colocarse después—, me voy, nos vemos mañana.

Se guardó el teléfono y dirigió sus pasos a través del patio hasta la puerta de la casa, abandonándonos. Mi ceño se arrugó más que antes y sentí un vacío inexplicable en el estómago ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué se fue así como así sin más? Volteé hacia Luke que tomó una papa frita del cesto en medio de la mesa y me miró al segundo.

—¿Qué? —ladeó la cabeza y llevó la papa hasta sus labios.

—¿Qué le sucede? —cuestioné. Ni siquiera se despidió de mi al irse, y aunque quisiera pasarlo desapercibido, me dolió y decepcionó que no lo hiciera.

—Su padre volvió a Oldstone esta mañana —respondió.

Uy, ahora entendía su distracción y el porqué actuaba tan distante con todos y con todo, incluyéndome. Ashton no tenía buena relación con su padre ni con su madre, no la tenía desde que era un niño y cada vez que uno de ellos venia al pueblo, se cubría a si mismo con un escudo de protección contra ambos.

Más tarde le enviaría un mensaje de texto preguntándole sobre su estado de ánimo. Observé a Luke quitarse la gorra negra que llevaba sobre el cabello, pasarse una mano por él y después volvérsela a colocar. Yo estiré mi mano y se la quité para colocármela, y él abrió la boca para decir algo pero de inmediato la cerró y no dijo nada.

—Lu —me reí.

—Pastelito —también se echó a reír.

Las chicas y Miles nos miraron como si estuviéramos demente, pero les ignoré.  Luke se movió, deslizándose en la banca hasta posicionarse junto a mi y chocó su pierna con la mía.

—¿Es posible quedarme esta noche contigo? —vaciló un poco.

—¿Tu tía sigue en tu casa?

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