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La decepción y tristeza que sentía estaban apoderadas de mi por completo, es que… ¡Ugh! No podía creerlo, no podía, me sentía tan estupida, tan tonta. Me había quemado el corazón, porque así lo sentía. Quería irme, quería desaparecer, quería estar en cualquier lado que no fuese Oldstone porque no quería verle el rostro.

—Estoy tan decepcionada —suspiré, dejándome caer sobre la superficie de la cama de Luke; pasé de mi casa, sabiendo que Ashton iría a ella, y no quería que me encontrara.

Le realidad dolía, y era esta: Ashton Reynolds no era la clase de chico que yo tenía idealizado en mi mente, ¿increíble? Lo era, pero no sabía lo que era tener una relación bonita, una relación sana. Yo no iba a soportar sus deslices ni absolutamente nada que me perjudicara mi salud mental y estabilidad, no importaba si me doliera; algunas cosas eran mejor cortarlas antes de que causaran consecuencias, no importaba si dolían o si rompían el corazón, tenía que aceptar la realidad de que no funcionaría.

Y yo acababa de aceptar aquello aunque me doliese.

—Soy una tonta —susurré.

—No, no lo eres —Luke me contradijo, sentándose en el banco del teclado que estaba en la esquina.

—Quiero desaparecer —le miré.

Luke comenzó a tocar el teclado con pereza, vagancia. Volví a suspirar y bajé la mirada a mis manos; quería un cambio, porque seguir llorando y sufriendo no iba a solucionar nada, no iba a cambiar nada.

—Si, si lo soy —murmuré.

—Bueno, quizás un poquito —aceptó, soltando una risita—, pero ¡hey! que no se te venga el mundo abajo, tu primer amor no es tu ultimo amor, muchas veces es sólo una etapa de aprendizaje y  experiencia.

—No estoy para consejos —me quejé—, déjame sufrir.

—Lexs…—arrastró mi nombre.

Abracé una almohada que olía a él.

—Me siento usada —confesé—, y no es agradable.

—Tengo una idea —musitó, dejando de tocar el teclado y se dio vuelta para mirarme.

—¿Ah?

Se quedó en silencio un instante, Luke se colocó de pie y vino hasta la cama, dejándose caer a mi lado. Tragué forzosamente y lo miré a los ojos curiosa, esperando a que volviera a hablar.

—¿Recuerdas que te dije que quería hacer un roadtrip?

Asentí con la cabeza, porque lo recordaba a la perfección. Estaba en su lista de deseos y sueños no tan importantes. Luke elevó la mirada al techo y frunció los labios durante un momento.

—Solo… a la mierda con todo, agarremos nuestros corazones rotos, metámoslos en el maletero de mi Cadillac y hagamos el roadtrip, acompañé, ven conmigo. Ambos lo merecemos para sanar —propuso.

Deslicé una pequeña sonrisa, aunque no tan segura. Hacer un roadtrip significaba una cosa: escapar y sanar, salir de Oldstone, y eso era justo lo que sentía que necesitaba, pero…

—En menos de un mes el verano va a terminar —siguió diciendo al percatarse de mi silencio—, considero que es algo que ambos necesitamos. Un viaje por carretera, sería terapéutico. ¿No crees?

—Si —respondí, sabiendo que aquello podría despejar mi mente.

—No te escucho segura —Luke resaltó, volviendo los ojos a mi.

—No… es que-

—¿Es que? —insistió, interrumpiéndome.

—No lo sé.

 Noches De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora