◦•●◉✿ 27 ✿◉●•◦

348 26 11
                                    

–Anna¿A dónde me llevas?

Pregunto Elsa con curiosidad y una pequeña risa en sus labios, sus ojos se encontraban vendados y ella caminaba hacia la dirección en dónde Anna la guiaba.

–Es una sorpresa.– Dijo Anna con diversión.

– ¿Una sorpresa?¿Que clase de sorpresa?

– Una sorpresa y ya.– Dijo de manera juguetona.

– Está bien lo que tú digas.

Siguieron caminando, Elsa no tenía la menor idea de adónde se dirigían, solo sabía que habían pasado por un ascensor y que aquel lugar se le hacía extrañamente familiar, a pesar de que su vista estaba en completa oscuridad podía percibir el ambiente del lugar sintiendo que ya había estado antes hay.

Ya se empezaba a desesperar un poco, hasta que Anna le pidió que se detuviera, supuso que ya habían llegado sintiendo ligeramente una corriente de aire chocar contra su cuerpo suponiendo que se encontraban en un lugar abierto.

–Muy bien a la cuenta de tres te quitas la venda¿Okey?

– Okey.– Respondió Elsa nerviosa y ansiosa por saber que era lo que tenía preparado la pelirroja.

– Muy bien Uno, dos y.... Tres

La rubia rápidamente se desecho de aquella venda, sintiendo como la luz de la luna entraba ligeramente en sus ojos mientras estos se adaptaban viendo rápidamente lo que se encontraba frente a ella una hermosa vista de la ciudad, con aquellos edificios llenos de luz al igual que las magníficas estrellas que se asomaban en el cielo oscuro.

Elsa no podía soltar ni una palabra ante tal ecena frente a ella, solo no dejaba de sonreír mientras una pequeña lágrima de felicidad escapaba de sus ojos.

–Esto es hermoso.– Dijo admirando cada detalle.

– Se que no es el mejor lugar de la ciudad pero era la única cosa rápida que se me ocurrió.

– Es lo mejor, jamás había visto algo tan magnífico nunca me di la oportunidad de apreciar está vista y es realmente bella.

– Me pone feliz que te haya gustado.

Elsa dió la vuelta viendo nuevamente a la pelirroja para apreciar su rostro acercándose hacia ella para cortar distancia entre sus labios y darle un corto pero disfrutable beso, su vista cambio de dirección al notar una mesa con un mantel, adornada por unas flores en el centro, unas cuantas copas y botellas de vino.

–Ven por qué no tomas asiento.– Dijo la pelirroja demostrado una ligera sonrisa extendiendo su mano ayudándole a sentarse.

Una gran sonrisa se asomaba por el pálido rostro de Elsa a la vez que su corazón latía de felicidad, tenía mucho tiempo que alguien le diera una sorpresa de ese tipo, había pasado tantos días trabajando y ocupandose de su hija, que su mente no le daba tiempo para poder encontrar el amor nuevamente, pero gracias al destino Anna había llegado a su vida, recordando que ella también necesitaba el amor y compañía de alguien.

Ver aquella cena tan detallada, le hizo darse cuenta cuanto era el amor que sentía la pelirroja por ella,aunque le entristecía el echo de que pronto partiría de este mundo y ya no podría pasar más momentos a su lado, la pelirroja quedaría nuevamente sola y le partía su alma pensarlo.

Anna se encontraba un poco nerviosa, tal vez era por qué deseaba que todo fuera perfecto, o tal vez por alguna otra cosa que traía en mente.

Su rostro se fijó en Elsa la cual parecía estar divagando en sus pensamientos mismos que parecían tornarse oscuros, Anna le empezó a preocupar esto por lo que decidió interrumpirle.

– Oye¿Estás bien Elsa?

Elsa sacudió su cabeza quitando los pensamientos de su mente.

– Si estoy bien.– Dijo forzando a sus labios a crear una sonrisa.

– Es solo que te vi muy preocupada¿Segura que estás bien?.– Insisto Anna con tranquilidad

– Si es solo que e estado pensando bastante en lo último que ha pasado estos días, y yo estoy angustiada por Emma es apenas una niña  y me entristece saber que no voy a estar para verla crecer, ver cuándo se gradué o cuando tenga que ir a la universidad.– Su voz se se quebraba con cada palabra mientras que una pequeña gota recorría su mejilla.– No voy a estar hay para ella se quedará sola.

Anna no dudo ni un momento tomo la delicada mano de Elsa mientras la acariciaba ligeramente con su pulgar.

– Tranquila, Emma va estar bien ella jamás estará sola yo te prometo que cuídare de ella, a pesar de los pocos meses que hemos convivido se ha convertido en alguien muy importante para mí, nunca pude tener hijos y por más que quisiera no puedo.– Un nudo en su garganta se había formado al decir aquello.– Pero a Emma la veré como una hija y prometo que estaré junto a ella ya sea en las buenas y en las malas.

Elsa sonrío reconfortada sabía que Anna se haría cargo y estaba feliz de que fuera así.

– Gracias.

Después de aquello ambas se dieron una última mirada esperanzadora para después empezar a degustar los platillos con tranquilidad mientras compartían una que otra charla olvidando poco a poco los problemas y envolviéndose en su cálida burbuja de paz donde solo predominaban las sonrisas y esperanza parecía que por un instante todo el sufrimiento que los días anteriores les causó era arrastrado por la suave brisa de la noche.
























































































































Nuestra pelirroja no negaba que se sentía un poco desanimada de echo cualquiera lo estaría en su lugar ver qué el amor de tu vida estaba muriendo no era algo con lo que estuvieras dispuesto a lidiar pero lastimosamente ella estaba viviendo eso y no podía hacer o cambiar nada simplemente estaba sucediendo, los primeros días le costaba un poco batallar con eso, pero ahora prefería disfrutar cada momento junto a Elsa por más mínimo que fuera, decidió organizar una pequeña cita en un tranquilo lugar de la ciudad y que mejor uno que tuviera una increíble vista al ser dueña del Hotel no le fue difícil conseguir una reservación.

Anna quería algo más con Elsa quería estar cada momento a su lado sin importar que tal difícil y doloroso sería quería disfrutar todo el tiempo posible junto a ella, por esa razón tomo todo el valor que tuviese, saco de su bolsillo una pequeña caja su mano temblaba al sentir el fino material pero eso no sería ningún impedimento para evitar lo que estaba por hacer.

Elsa.– Llamo a la mencionada claramente trataba de sentirse segura aunque por dentro moría de los nervios.– Yo te amo y demaciado no tengo palabras para describir mis profundos sentimientos que tengo hacia ti, a pesar de todo los obstáculos que tengamos que superar yo quiero estar a tu lado cada segundo y cada momento por eso creo que es tiempo que llevemos nuestra relación a otro nivel, por eso Elsa Arendelle.– Anna se levantó de su lugar mientras se arodillaba lentamente frente a Elsa.– ¿Te gustaría hacerme la mujer más feliz del planeta convirtiéndote en mi esposa?.– Dijo finalmente mientras sentía que su corazón se escapaba de su pecho y sus piernas temblaban ligeramente esperando alguna respuesta por parte de la rubia.

– Yo-yo.– Elsa mantenía un rostro de asombro a la vez ligeramente sonrojado aquella propuesta le fue inesperada.– Yo si quiero.– Soltó mientras se lanzaba a abrazar a la pelirroja a la vez que sus ojos se llenaban de pequeñas lágrimas de felicidad.

Ambas permanecieron abrazadas una junto a la otra disfrutando de la agradable cercanía mientras compartían un ligero beso, a pesar de todo el sufrimiento tratarian de ser felices cada instante y segundo que la vida les otorgará dejando a un lado las penas y tristezas.

El Destino Nos Volvió a unirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora