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Bueno tiene mucho que no actualizo está historia, les pido mis más sinceras disculpas, la verdad e estado un poco ocupada, pero bueno ya les traigo un capítulo nuevo espero que sea de su agrado. Y también Agradezco a todas las personas que brindan su apoyo a esta humilde historia votando y comentando, En serio ¡Muchas gracias!❤️

Y otra cosita más, E cambiado mi nombre de usuario,por si no lo notaron solo les aviso.

Se encontraba reflexionando en un silencio absoluto sobre lo que había pasado hace unas cuantas horas con su hija, había tenido una pequeña discusión con ella cosa que jamás había pasado, se sentía triste y culpable de haberle quitado la atención a su hija por brindársela a su amada Anna. Ahora estaba pagando las duras consecuencias.

Emma empezó a tenerle un fuerte rencor a la pelirroja de una forma muy negativa, aunque solo fuera amiga de su madre, Elsa se preguntaba ¿Si Emma le tiene ese rencor y odio a Anna sabiendo que solo eran amigas, como se lo tomara si se entera que son pareja?, sin duda pensar aquello le aterraba demasiado ¿Qué diría al respecto?¿se lo tomaría como algo extraño o diferente tomando en cuenta que Emma había crecido siendo una niña que no conocía las relaciones homosexuales?. Pero bueno Elsa jamás sabría la respuesta si no se atrevía a contarle.

Termino con aquel debate agobiante que reinaba en sus pensamientos, levantándose del sofá donde estaba, dirigiéndose al cuarto de su hija, toco la puerta un par de veces ligeramente, pero no recibió ni una respuesta por parte de la niña, toco nuevamente con delicadeza tratando de dar a entender que venía en paz y sin motivo alguno de iniciar una discusión.

–¿Emma?– llamo la platinada con su voz ligeramente quebrada.

-¡Vete!, no quiero hablar contigo.-soltó la pequeña desde el interior de su habitación apunto de soltarse en un mar de lágrimas.

-¡Por favor! permíteme hablar contigo hija, no sabes lo mucho que me duele que te sientas así, por favor perdóname déjame hablar solo unos segundos.- su voz se quebró por completo al mismo tiempo que sus bellos ojos zafiro empezaban a acumular aquellas lágrimas de tristeza y decepción que escaparían en cualquier momento.

No hubo respuesta alguna por parte de su hija en unos cuantos segundos, hasta que aquella puerta de madera empezó abrirse mostrando a la pequeña albina quien tenia una exprecion de tristeza y enojo a la vez.

-¿Podemos hablar?.- solto la platinada de forma delicada.

La niña movio su cabeza en aceptación brindándole el paso a su madre permitiéndole entrar. Tomaron asiento en la orilla de la pequeña cama una alado de la otra.

Ambas mantenían un semblante de decepcion de si mismas en sus rostros. Ni una de las dos se atrevia a decir una sola palabra temian volver a empezar otra discusión o no recibir el perdón de la otra. La mayor solto un gran suspiro sintiendo como este entraba en sus pulmones y volvia a salir sintiéndose mas relajada y aliviada permitiéndole tener fuerza suficiente para sacar unas cuantas palabras.

–lo siento hija, perdón por lo que paso no debi haberte gritado asi.– el arrepentimiento y la sinceridad se notaban muy precentes en sus palabras.

–No mama, la que lo siente soy yo, lamento ofenderte con lo de papa.–dijo siendo totalmente sincera.

–Se que es difícil no haber conocido a tu padre, y perdón por no demostrarte lo importante que eres para mi, Emma eres mi hija eres la persona que me inspira hacer mejor cada dia tu me das motivación para poder seguir luchando y ser mejor, cuando estoy triste o la vida me da un golpe te recuerdo a ti mi motivo por el cual debo continuar y nada de lo que pase me va ser cambiar de opinión– al decir aquello abrazo a su hija, la pequeña le tomo por sorpresa pero decidio responder el abrazo felizmente.

El Destino Nos Volvió a unirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora