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Durante los próximos 3 días la albina y la pelirroja se veían todos las mañanas en el restaurante, cuando Anna iba a desayunar. Pero por alguna razón Anna no se había presentado durante dos días seguidos y eso le causaba cierta preocupación a Elsa quién no dudó en averiguar qué ocurría.

- Kristoff en verdad me preocupa - habló la albina a su mejor amigo.

Ambos se encontraban en recepción. Elsa no tardó en recurrir a su amigo quién ya se encontraba de nuevo en la ciudad.

- Deja de preocuparte, tal vez tiene cosas más importantes que hacer, es millonaria su vida a de estar repleta de cosas de empresas y cosas así, y tal vez no tiene tiempo. - habló el chico dando una mordida a su manzana.

- pero tampoco contesta su celular, le e estado llamando varias veces y en ninguna contesta. Ya me preocupe por ella.- dijo preocupada.

- qué tal si se compró otro celular al cabo es millonaria.- habló tratando de calmar a su amiga.

- pero ni siquiera la e visto.- confesó la albina.

- la verdad yo tampoco, y según mi lista de residentes ella sigue ocupando la habitación. Lo cual nos da a entender que no se a ido.- dijo Kristoff mostrando una libreta en el cual tenía anotado el nombre de Anna.

- ¿en verdad?.- dijo la albina viendo la libreta.

- si. Pero tú preocupación me da a entender que sientes algo más por ella ¿No es así?- Kristoff mostró una sonrisa coqueta.

- ¡pero que te pasa! no siento otra cosa por ella, solo es una amiga.- se defendió Elsa.

- ajá..... Si como no y yo soy rey de españa.- se burló el rubio.

- ya basta - habló la albina dándole un leve golpe a Kristoff en su hombro.

- si tanto, te preocupa ¿por qué no vas a visitarla?, al cabo ya terminaste tu turno. Si quieres yo cuido a Emma en lo que tú vas.

- ¿Seguro?

- si, corre ve a buscar a tu amor. - habló divertido.

-¡Que ya!- grito pisando su pie.

- ya okey está bien, pero ya no me pegues. O te denunciaré por maltratarme.- habló burlándose.

- por favor cuídala.

- Emma cariño- le habló la albina a su hija quién se encontraba sentada jugando con un par de muñecas.

- ¿Si mamá?.- habló la niña acercándose.

- iré a ver algo ¿ Puedes hacerme el favor de quedarte con tu tío Kristoff, en lo que regreso?.- dijo poniendo a su altura.

- ¿Vas a volver pronto?, Casi todas las veces que me dejas prometes que no vas a tardar y siempre te terminas tardando.- habló con su rostro reflejando tristeza.

- Emma hija, sabes que eres lo más importante para mí en este mundo, y te prometo que partir de hoy cumpliré con lo que digo, es una promesa.- dijo al mismo tiempo que levantaba su dedo meñique simulando una promesa.

- la acepto.- dijo Emma entrelazando su meñique con el de su madre.

- los veo en el auto en 20 minutos, no tardó.- se dirigió a ambos, levantándose y dirigiéndose con Anna.

Elsa recorrió todos los pasillos de aquel inmenso hotel hasta llegar a la habitación en la que Anna se hospedaba, Al principio le daba pena tocar, ¿Y si Anna tenía cosas más importantes que hacer que ir a un restaurante? Preguntas muy parecidas a esa rondaban en su cabeza, pero bueno no sabría la verdad si no se atrevía a tocar, así que dejó a un lado aquellas preocupaciónes y dudas. Y dio tres pequeños golpes a la puerta. Espero unos instantes y nadie abrió, Elsa siguió dando pequeños golpes no se iba a ir hasta saber la razón por la que no había visto a Anna.

El Destino Nos Volvió a unirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora