◦•●◉✿ 2 ✿◉●•◦

1.4K 118 19
                                    

Anna no lo podía creer eso ojos color azul zafiro, esa hermosa piel blanca como la nieve, aquel sedoso cabello albino si aquella persona de la que se había enamorado durante su adolescencia se encontraba frente a ella Anna no sabía qué hacer estaba nerviosa parecía que el mundo estaba en su contra al hacerla chocar con quién menos deseaba.

- Elsa...-Solto con un gran suspiro.

- Wow.... Anna.-Se dirigió la albina sorprendida ante tal encuentro.-Yo Eh..... A pasado mucho tiempo.- Afirmo con cierto nerviosismo.

Anna estaba apunto de decirle algo a la chica albina pero una voz del interior de la habitación se escuchó ambas voltearon y no era nada más y nada menos que Ariel quien se encontraba con una delgada blusa y un short bastante corto.

– Anna.–Llamo– ¿Dónde carajos aventaste mi zapatilla ayer?- hablo Ariel mientras se dirigía a la puerta dándose cuenta de la presencia de la albina.–hola.– saludo con una sonrisa.

- Hola, Mil Disculpas si interrumpo algo,solo vengo a preguntar ¿Si desean algo para el desayuno.- Ofreció la platinada.

- Solo un café con Panqueques.-Se apresuro a decir la pelirroja.

- ¿Y yo que?.- Pregunto indignada Ariel.

-Tu ya te tienes que ir.- Anna tomo a la chica empujándola adentro de la habitación.

- Muy bien, en un momento lo traigo.-Hablo Elsa un poco incómoda antes de que Anna cerrará la puerta rápidamente.

Dicho esto Elsa se retiró y Anna simplemente quedó en un estado de proceso y confusión.

No podía creer lo que había visto hace unos instantes, La chica de la cual había estado perdidamente enamorada durante la Preparatoria trabaja en aquel hotel, sentía un profundo miedo y desesperación, de tantas personas en el gran e inmenso mundo terminaría teniendo un corto reencuentro con la que menos deseaba.

Rápidamente hizo lo posible para que Ariel saliera de la habitación y así fue torpemente sacó a la chica despidiéndose rápidamente y cerrandole la puerta en la cara.

Quería pensar que estaba soñando, que todo fuera una terrible ilusión  no quería volver a enamorarse perdida mente de Elsa, no otra vez, no deasaba pasar por el mismo tormento de ocultar sus sentimientos y no pode decirle lo mucho que la amaba y también lo que daría por estar a su lado, pero toda esperanza de que fuera un sueño se fue a la basura,cuando volvieron a tocar su puerta y si era Elsa de nuevo solo que esta vez traía el desayuno en un pequeño carrito. La cobriza le accedió el paso amablemente tratando de ocultar el pánico que sentía en aquellos momentos.

La albina coloco el carrito tratando de ser cuidadosa y no cometer alguna torpeza o accidente ante Anna, podía decirse que también sentía un poco de miedo y vergüenza no todos los días te vuelves a encontrar con una de las personas que más amaste en tu adolescencia sobre todo cuando la besaste en muestra de una despedida, Terminando de hacer aquello se apresuro a intentar salir lo más rápido que pudiese de la habitación ya que la prensencia de Anna la incomodaba bastante.

Estaba por cruzar la puerta con total rapidez, cuando escucho su nombre proviniente de la pelirroja. Al oírla no pudo evitar hacer un leve gesto de desagrado

–Elsa espera podemos hablar. – hablo la pelirroja nerviosamente

– Aceptaría pero.... Estoy en horas de trabajo.– Trato de excusarse la albina.

– Bueno para tu información soy propietaria de este hotel, así que como tú superior te ordeno que aceptes está charla conmigo.– Anna mostró una expresión sería.

Elsa rodo los ojos al no tener otra opción mas que aceptar.

– Emm...– Aclaró su garganta levemente.– ¿De que quieres hablar?.– Pregunto la de cabellos blancos.

– Solo quiero saber ¿Cómo has estado estos años?.– Pregunto Anna con una sonrisa.

– Todo a estado bien conmigo. Aunque veo que contigo todo está de maravilla, aclamada directora de cine, dueña de un imperio hotelero, ¿Que más podías desear?.– Elsa trataba de mantener una cálida charla aunque lo que más quería en esos momentos era alejarse por completo de la pelirroja.

– Si debo admitir que me ha ido bien aunque no fue nada fácil conseguirlo, fuera de hay todo está bien....¿Y cuéntame Elsa desde cuándo trabajas aquí?.

– Desde hace dos años. ¿Y tú qué haces aquí? Me toma por sorpresa que tú estés de regreso.

– Son cuestiones de trabajo, ya sabes una película animada, Noruega es hermoso y quisiera documentar sus paisajes para poder representarlos en la película además también se basará en algunas tradiciones.

– Debí suponerlo, No regresarías si no tuvieras una razón...

Ambas mujeres fueron interrumpidas por un ruido proviniente del teléfono de la albina, quien no dudo en contestar rápidamente al darse cuenta que era su jefe el cual la requería para una tarea.

–¿Quien es?.– Pregunto Anna al ver que la platinada colgó la llamada.

– Mi jefe. Me necesita.... Lamento no poder seguir platicando....

– Si no hay problema la que lo lamenta soy yo....– Admitió la pelirroja un poco avergonzada.

Ambas caminaron hacia la puerta dándose una corta y sencilla despedida, La albina se retiró sumamente feliz al ver que ya no tenía que hablar con Anna, mientras que por otro lado la cobriza se sintió algo deprimida al no poder pasar un poco más de tiempo con su gran amor de preparatoria.

Horas después

Para despejarse la mente del encuentro con Elsa, Anna decido ir a dar un paseo por la inmensa ciudad la cual era realmente muy bella, pasando por algunos centros turísticos tomando algunas fotos con su cámara que llevaba a todos lados fue un largo paseo por la ciudad hasta que Anna decidió regresar a su hotel entrando por la resepsion, donde se encontraba una niña sentada cómodamente en una silla entretenida en sus pensamientos, Se le hacía muy extraño ver a una niña sola en la recepción y más sin un adulto cerca que la estuviera supervisando, aparte de que también él recepcionista no se encontraba. Se dispuso acercarse iluminando una tierna sonrisa para no asustar a la niña con su presencia.

– Emm.– Se aclaró su garganta ligeramente la de cabellos pelirrojos.– Hola pequeña mi nombre es Anna, Dueña de este edificio y me preguntaba ¿Que hace una pequeña Niña como tú sentada sola?¿Dónde están tus padres?¿Te perdiste?

– No. Para nada, solo estoy esperando a mi mamá.– Afirmó la niña con su delicada voz.

–¿Enserio?¿Y como se llama tu mamá?

–Elsa.Trabaja de mesera en el restaurante,¿Supongo que la debe conocer?

Al escuchar aquello quedó totalmente atónita. Y sin palabras que decir. Sin duda no se había esperado algo como aquello.

El Destino Nos Volvió a unirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora