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Durante todo el trayecto de regreso al hotel Anna se sentía sumamente feliz tarareaba todas las canciones de la radio y se movía al ritmo de ellas, pero claro no descuidaba el volante del coche. Pues sabía que aquella sonrisa que le dedicó Elsa era totalmente sincera.

También esa noche pudo dormir como nunca antes lo había hecho el pensamiento de tener a Elsa nuevamente en su vida le daba paz y felicidad.

A la mañana siguiente la pelirroja se levantó con demasiada energía quería a ser miles de cosas y una de ellas era hablar de nuevo con la albina y para eso evito desayunar temprano como usualmente acostumbraba para ir un poco más tarde al restaurante del hotel donde trabaja Elsa.

El reloj marcaba las 11:00 lo cual daba a entender que Elsa ya estaba trabajando.

Anna no perdió más tiempo y se dirigió al restaurante.

Con Elsa.

La albina había empezado el día como cualquier otro, levantándose muy temprano para arreglarse y poner aquel típico uniforme de mesera también tuvo que arreglar a su hija y llevarla a su escuela y finalmente llegar a su empleo.

Su rutina de aquel día en su trabajo era de lo más normal repartiendo los desayunos por las habitaciones atendiendo a las personas en el restaurante y cosas parecidas

Elsa se aclaró un poco la garganta y se paró de la manera más firme posible estaba por atender a una chica la cual no se le podía ver su rostro ya que la hoja de menú que observaba se lo impedía y aparte de tener gafas y una gorra puesta.

- buenos días señorita ¿que desea ordenar? - pregunto amablemente

- Quisiera dos tazas de café con unas galletas por favor.– ordenó la chica aún con el menú cubriendo se rostro.

- si en enseguida

Respondió la albina y dio media vuelta para poder retirarse pasaron unos instantes para que regresara pero esta vez con la orden en mano coloco cada uno de los utensilios y alimentos en la pequeña mesa de forma delicada para evitar que estos se cayeran.

- Ah y otra cosita más verás estoy sola y son dos tazas de café ¿Quieres sentarte a tomar una conmigo?

Hablo la chica dejando la hoja del menú a un lado suyo, mostrando su pecoso rostro.

- Anna ¿Que haces aquí?- pregunto Elsa con un tono de confusión y enojo a la vez.

–Pues qué crees que hago aquí obviamente voy a desayunar pero me pregunto si deseas desayunar conmigo y platicar un poco.

Se dirigió la pelirroja con una sonrisa en sus labios

- jaja ni en sueños me siento a comer contigo ayer acepte tu ayuda pero ya no deseo recibir otra cosa más viniendo de tu parte.

–Por favor Elsa no seas así solamente quiero platicar contigo como dos buenas amigas por favor.– suplico la directora de cine con un gesto que a cualquiera le causaría ternura.

–No, además si mi jefe me ve sentada contigo en lugar de estar trabajando me despedirá.

–No te dirá nada de eso yo me aseguró, ahora por favor toma asiento.

- Okey solo por esta vez - dijo Elsa tomando asiento justo en frente de Anna.

La pelirroja tomo una galleta y la puso en dirección a su boca pero Elsa se la arrebato de la mano y le dio una mordida

- Eh se supone que esa era mi galleta - se quejó la pelirroja haciendo un puchero

- ahora es mia, y bien de que deseas hablar.

- no lo sé ¿Cómo están tú padres? - pregunto Anna.

- Eh.. mis padres bueno mi padre murió hace 12 años y mi mamá hace 2 . - su voz se escuchaba débil y triste

- yo..he lo lamento.

- no es nada ya lo he superado y tú ¿qué pasó con tus padre?

- cuando te conocí mi madre ya estaba enferma tú ya sabías de eso pero con el paso del tiempo se le complicó más su enfermedad hasta el día que ya nunca despertó, varios meses después tenía que irme a la universidad tenía que elegir una carrera yo amaba el cine siempre lo hice pero mi padre no acepto eso, él decía que solo era una perdida de tiempo, que el cine no me llevaría a nada bueno que debería estudiar otra carrera como enfermería o cosas así obviamente no lo iba hacer pero la gota que derramó el vaso fue cuando me encontró besándome con una chica ese mismo día me corrió de la casa pase el resto de la universidad trabajando duro y viviendo en hoteles cuando por fin terminé mi carrera empezé poco a poco a introducirme en el mundo del cine hasta convertirme en lo que soy hoy.–habló la chica mientras la tristeza de su rostro desaparecía y mostraba una gran sonrisa y orgullo de sí misma

–Una famosa y reconocida directora de cine ¿No es así? - pregunto la rubia

- si exacto.

- ¿Y no has vuelto a saber de tu padre?

- no la verdad no, ni si quiera se si sigue vivo pensaba en ir a visitarlo pero no creo que tener las fuerzas suficientes para verlo otra vez después de tanto tiempo.

- yo sé que si tuviste las fuerzas de hablarme a mi después de tantos años se que con tu padre será igual.

–Gracias Elsa.– la pelirroja le dedicó una tierna sonrisa.– oyes ¿Y tú hija?. - habló para intentar cambiar el tema.

–Oh Emma está en la escuela.

– ¿Y quién va por ella si se supone que tú trabajas aquí hasta la noche?

- Kristoff y también la cuida ya que a el jefe no le gusta verla aquí ya que dice que causa muchos problemas.

- pero se supone que ese chico trabaja en la recepción ¿Como la cuida?

- es en el único lugar donde puede estar y no causa desastres simplemente se queda sentada hasta que yo salgo.

- y por qué ese tal Kristoff no estaba el otro día en la recepción.

- le surgió un problema y tuvo que salir de la ciudad por una semana.

- si tú amigo no va estar ¿Quién irá por Emma? - dijo algo alterada

–Yo le pedí a el jefe que si podía y dijo que si obviamente me va descontar de mi pago pero no importa.

–No te hagas la molestia yo voy por ella.

– ¿Que? - pregunto la albina confundida

–yo voy por ella solo dime dónde estudia y a qué hora sale.

– no puedo dejar que hagas eso no te conozco todavía del todo.

–Por favor mira estoy trabajando en un proyecto y necesito pasar más tiempo con un niño de la edad de tu hija para estudiar su comportamiento y formas de expresarse y tú hija es perfecta por favor.–Suplico de manera tierna.

–Está bien.

Dicho esto la albina y la pelirroja terminaron su desayuno, Elsa le indico la dirrección del instituto a la pelirroja para que supiera como llegar a este.

Anna sabía que su plan se estaba desarrollando a la perfección.

El Destino Nos Volvió a unirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora