Capítulo 0

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Alendra Mac

Esa que ven frente al espejo, soy yo

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Esa que ven frente al espejo, soy yo. No, corrijo, era yo antes de que él me arrebatara la vida.

Lo último que sentí ante mi inminente muerte fueron unos familiares labios probar los míos mientras una de sus lágrimas se colaba dentro de mi boca. Me amaba, lo sé, en una extraña y retorcida forma me amaba.

Y él después de haber sido mi protector, estaba allí, arrancándome la vida; convirtiéndome en una víctima más de su dañado y roto corazón, ¿cómo podía culparle? Juntos habíamos pasado por tantas atrocidades y ahora me daba cuenta que él no logró escapar de aquel infierno que había sido grabado en nuestra memoria.

También le amé, no de la forma que él deseaba, lo mio era un fraternal lleno de agradecimiento perpetuo por todo lo que había hecho por mí, por haber evitado las marcas en mi espalda que ahora poseía en la suya. Su alma era buena, sólo que había sido corrompida por la injusticia, el odio y los deseos retorcidos de un ser malvado que nos había dañado desde niños y ahora yo estaba pagando por ello.

Fui "Gabriela Expósito" que murió a los 23 años porque alguien me "amó tanto" que prefirió mi muerte a dejarme ser feliz con el hombre que amaba.

Al menos cerraré los ojos recordando su voz, ese varonil timbre que me regalaba paz y me hacia sentir que todo podía ser distinto.

[•••]
¡Hola, amor!

Respondí sonriente al escuchar la voz del hombre que amaba al otro lado del aparato móvil.

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No te preocupes, amor, nos veremos en la recepción. Sabía que te sería difícil venir por mí hasta mi departamento, así que me he adelantado pidiendo a David y a Sara que pasen por mí. No será necesario que envíes a tu chofer.

Sonreí feliz al saber que Bruno era tan atento. Sin duda era una afortunada, me sentía protegida y a salvo.

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Termina con tus deberes aún faltan dos horas para la recepción.

[•••]
Te amo.


Esa fue la última vez que escuché la voz del hombre que me brindó su protección y cuidados. El hombre que me regresó la esperanza de vivir sin miedo, él que me hizo saber que los hombres pueden ser confiables, quien me transformó y me hizo sentir que no sólo las segundas oportunidades existen, él me regaló una tercera oportunidad, a su lado me creí libre, pero al parecer ese sería mi sueño inalcanzable, porque mi libertad duró muy poco.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐀𝐓𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora