Alendra Mac
MARÍA
—¡María! —escucho gritar a Jaune mientras agita la mano desde una de las mesas de la cafetería. Camino sonriendo hacia donde se encuentra.
—¿Qué haces aquí? —la cuestiono sabiendo que está a tan sólo una semana de tener a su bebé y este semestre lo suspendería. Por ello y porque esta mañana la he dejado desayunando en la pensión junto a la señora Matilde.
—¡Buen día! —responde sarcástica y yo sonrío— Ves, cariño, tu tía María es una grosera que no nos saluda, ya no nos quiere —habla a su vientre haciendo puchero y yo no dejo de sonreír ante su dulce actuar.
Jaune se ha ganado no sólo mi cariño, la quiero como si fuese una amiga de muchos años atrás. Es una chica tan dulce.
—Eres una dramática, te he saludado esta mañana ¿o tienes lagunas mentales? —la bromeo— Sabes que te adoro, Little Pea —acaricio su vientre y enseguida saludo Jaune con un beso en la mejilla. Me siento a su lado y observo todo lo que tiene sobre la mesa— ¿Comerás todo eso? —la cuestiono y ella pone los ojos en blanco sin responder.
Sé que acabará con todo lo que ha comprado como desayuno, aunque me parece una mezcla completamente asquerosa. Jaune come de un modo muy extraño, siempre mezclando dulce y salado en un bocado. Y siempre come porciones que parecieran imposibles de caber en su delgado cuerpo. En muchas ocasiones la he encontrado comiendo en la cocina durante la madrugada cuando yo he tenido que trasnocharme para estudiar.
—He venido hacer los trámites de mi baja temporal —me responde sonriente—. Y he pasado por la cafetería porque se me han antojado las papitas, los nachos...
—Pasteles, helados —la interrumpo sonriendo.
—Deja de criticarme y ve por algo de comer o te quedarás con el estómago vacío, te recuerdo que el receso para el desayuno no es eterno —dice mientras se lleva un papita a la boca usando como aderezo su helado de limón con chispas de chocolates, yo muevo la cabeza en negativa ante su usual mezcla—. ¿Quieres? —cuestiona burlándose ante mi gesto.
—Iré por mi desayuno antes que termine vomitando sobre el tuyo —me coloco de pie sonriendo.
—¿A dónde sin mí? —me cuestiona Félix al llegar desde mi espalda.
—"Repáralo Félix" —dice Jaune molestando a nuestro amigo con una de las frases de dibujos animados. Él sonríe y la saluda con un beso en la mejilla.
—"Puedo repararlo" —le sigo el juego a mi amiga.
Los nietos de la señora Matilde siempre los visitan los fines de semana y pareciera ser imposible para ellos no ver la caricatura de "Ralph, el demoledor", así que ya nos sabemos los diálogos y son perfectos para molestar a mi amigo.
—Par de graciosas —responde Félix sonriente.— "¿Comerás algo más?" —cuestiona sarcástico a Jaune al ver la cantidad de comida que tiene sobre la mesa. Ella sonríe enseñándole el dedo medio en señal obscena.
—Si seguimos con esto nos quedaremos sin desayunar —digo a Félix y él toma mi mano para que nos dirijamos hacia la barra de la cocina y ordenar lo que comeremos.
—¿Así que te convertirás en la sombra de la huérfana? —pongo los ojos en blanco al escuchar la voz Fénix a un costado mío cuando ya nos encontramos ordenando el desayuno.
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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐀𝐓𝐀
Romance••✦••┈┈┈┈┈┈••✦•• ❀ ••✦••┈┈┈┈┈┈••✦•• ••✦••┈┈┈┈┈┈••✦•• ❀ ••✦••┈┈┈┈┈┈••✦•• ¿Qué puede suceder cuando pretendes proponerle matrimonio a tu novia, pero ella antes de conocerte salió con un psicópata y está obsesionado con recuperarla? Bruno Castel...