Capítulo 20

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Alendra Mac

Alendra Mac

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MARÍA

Me envuelvo entre mis sábanas aún con el cabello húmedo luego de haberme duchado.

Después de que Félix me ha dejado en la pensión he tomado una larga ducha tratando de relajarme, pero no me ha resultado.

Félix me ha preguntado la razón por la cual me encontraba llorando, he preferido ocultárselo diciendo que sólo ha sido porque he perdido el empleo. No porque desconfíe de mi amigo, si no, porque prefiero mantenerlo fuera de todo este extraño suceso, no quiero que nadie a mi alrededor salga dañado por el sociópata que se encuentre haciendo cosas en mi contra.

Aún no puedo creer lo que Nicolás me ha dicho. ¿Quién podría estar obsesionado conmigo? Es tan absurdo. Cierro los ojos intentando descansar y en mis pensamientos aparece Fénix. Los abro de inmediato y me siento precipitadamente con mi corazón acelerado.

»No puede llegar a tanto«, monólogo pensando que es el único que está obsesionado con mi apellido.

Pero qué podría lograr provocando que me despidan de cada empleo que obtengo. Vuelvo a recostarme sin apartar de mis pensamientos las posibilidades que él sea quien ha hecho todo lo que Nicolás me ha dicho.

A la mañana siguiente no logro concentrarme en mis clases, quisiera enfrentar a Fénix y cuestionarlo de frente, pero sé que eso sería una pésima idea. Quizá con ello y sabiéndose descubierto termine en partes en algún basurero de la ciudad.

—¿Qué te sucede? —me cuestiona Sofía propinándome un gran susto y provocando que derrame parte de mi bebida sobre la mesa en la cual desayunamos— ¡Oye! —se queja ya que la he salpicado un poco. Violet ríe ligeramente burlándose de lo ocurrido.

—Está con los pensamientos en otro lugar —interviene Jaune quien a retomado las clases este semestre—. Extraña demasiado a O'Brien —dice en un tono un tanto chusco y yo pongo los ojos en blanco.

No les he dicho a mis amigas lo sucedido en día de ayer con Ferrell, creo que es asunto delicado y quien debe aclarar todo es él cuando lo vean, serán muy visibles los hematomas en su rostro, así que es a él a quien corresponde. En cuanto a mi despido es mejor que nadie se entere de la razón, ya que eso es aún peor. Y mi reencuentro con Raúl, creo que es lo último de lo que deseo hablar, Raúl se ha caído del pedestal donde lo tenía y no pretendo gastar mi energía hablando de él.

—¡Uuuuuuyyyyy! —expresa Violet con su usual inmadurez— Amor en el aireee —alarga la última palabra.

—¿Sabes dónde vive su madre? —cuestiono a Sofía ignorando a las chicas. Si no puedo concentrarme en las clases creo que mejor será no tomar las siguientes.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐀𝐓𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora