CAPÍTULO OCHO.

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Joshua pensaba que nada podía ser peor que trabajar con Yoon Jeonghan durante diez horas diarias, pero al estar ahí, en casa de su jefe, se daba cuenta de que se había equivocado. Por supuesto que trabajar con él día y noche era aún peor.

Jeonghan en realidad no había sido tan aterrador como usualmente lo era, pero aún así, el simple hecho de tener que pasar la noche con él ya era suficiente como para ponerle los pelos de punta.

Joshua se había dado cuenta de que Jeonghan era un hombre con cierta obsesión por el orden, no sólo lo era en el trabajo, en casa aquello se multiplicaba por mil, cosa que le hacía temer que a la mínima cosa sería reprendido.

Jeonghan por su parte disfrutaba las expresiones asustadas de su asistente. Tenía que admitir que le gustaba verlo de esa manera sumisa e inocente, pero también tenía que admitir que, si se ponía a pensar en aquella ocasión en la cual Joshua se había atrevido a levantarle la voz antes de renunciar, una sonrisa aparecía en su rostro de solo pensar que Joshua tenía un lado atrevido.

Decidió entonces jugar un poco con él, sería divertido ver cómo reaccionaba el chico ante un Jeonghan demasiado amable de repente y estaba ansioso de solo pensar lo que podía ocurrir después.

—¿Estás cansado?—Jeonghan cuestionó, comenzando con su pequeña estrategia al notar la mirada cansada de Joshua mientras se enfocaba en lo que sea que estuviese viendo en su computador.

El chico se sobresaltó en su asiento, probablemente no espera esa pregunta o quizá le asustaba el hecho de saber que Jeonghan, aunque no lo pareciera, lo observaba a cada momento.

—Oh… no, señor. Estoy bien.—Respondió titubeante, cosa que hizo al diseñador sonreír de lado.

—¿Estás seguro? Llevamos trabajando tres horas sin parar. Es casi la una de la mañana, es normal que te sientas cansado puesto que hemos tenido días duros en la agencia también.

—No… yo solo… es decir… responder sus correos electrónicos no es agotador. Así que estoy bien.

—Vaya, eres el primer asistente que dice que responder mis correos electrónicos es fácil.—Expresó sinceramente sorprendido.

Joshua sonrió con nerviosismo, no sabía si eso era bueno, pero en realidad hablaba en serio, cada mensaje era como un mundo distinto, en realidad le entretenía ver y leer a las personas con las cuales se relacionaba Yoon Jeonghan, pues eran celebridades que en su vida se había imaginado conocer fuera de cámaras, así que en realidad era algo interesante pese a que algunos mensajes eran secos o faltos de afecto.

—De todos modos yo creo que podemos ir a dormir ahora. Mañana en particular será un día agotador puesto que iremos a ensayar las rutinas a otro lugar y debemos irnos temprano. Así que te necesito descansado y sin ese lindo rostro arruinado.

—De acuerdo, señor.—Joshua respondió con un ligero sonrojo en sus mejillas.

Jeonghan sonrió y posteriormente decidió que había sido suficiente por ese día, así que luego de recoger todo, se dirigieron a sus habitaciones.

Al día siguiente las cosas pintaban bastante bien. Jeonghan despertó temprano y, para divertirse un poco con su pequeño juego, decidió dejar dormir a Joshua un poco más mientras preparaba el desayuno.

A decir verdad, Yoon Jeonghan no era un cocinero innato, pero aún así era algo que disfrutaba de vez en cuando, así que, cuando tenía algo de tiempo libre, consultaba en Internet algunas recetas que luego elaboraba con buenos resultados, y por alguna razón, deseaba mostrar a Joshua ese talento oculto que no muchos conocían.

RUNWAY 🖤 YoonHongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora