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"tsk, ver está mierda me quita el apetito" el aliento gélido seguía arremetiendo contra el contorno granate de la mano marcada, apretó nuevamente la muñeca del banco de sangre.

el humano solo permitía al de cabellera blanquecina terminar su cometido. pero, incluso en su mente, podía saber que habían pasado tantos minutos bajo esa mirada como la irritada piel que conseguía debido al duro agarre.

quejidos y gruñidos era lo único que había oído en la solemne soledad de su habitación, el último hijo de la familia no había dejado de decir lo asqueroso que se veía bajo sus ojos.

(t/n) respiró hondo, escuchando sin queja alguna. esperando con una paciencia agotadora que dejara de decir aquello y comenzara a beber de él. siguió hasta que su palma fría abandonó la piel lastimada y deslizó la tela que cubría los hombros del humano.

sintió bruma, sin embargo, quería acabar de una vez con los ridículos insultos que oía. mordió más veces de lo necesario, las heridas sangrantes fueron limpiadas con lentitud. (t/n) no podía distinguir si lo odiaba, una pieza disipada susurraba que debía disgustarle, odiarlo. ¿acaso tenía sentido sentirse tan acostumbrado a ello?

por lo menos hoy no tendría otra lesión o mancha más allá de lo ordinario. quizá hoy no sería lastimado de una forma distinta a lo cotidiano.

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora