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"despierta" el pañuelo húmedo colocado sobre su frente lo hizo abrir lentamente los ojos. el taheño frente a él tocó la punta de su nariz, lanzando un suave golpecito con la yema de su dedo "no hagas esperar a ore-sama" (t/n) parpadeó un par de veces más.

recordaba la última vez estar en la habitación del tercer hijo de la familia, se levanta rápidamente; sentándose sobre la cama y descubriendo su cuerpo, los pantalones cortos dejaban expuestas sus piernas sin marca alguna. la rigidez de su rostro se alivio.

"¿necesita algo?" inquirió, ladeando el rostro mientras la toallita se deslizaba hacia abajo.

"¡tú-!" chasqueó la lengua, tomando por los hombros al humano y volviendo a arroparlo; arreglando por último el objeto que se resbalaba "¡deberías estar agradecido que ore-sama este cuidando de ti!"

(t/n) asintió, por primera vez estaba bastante consternado debido al actuar del vampiro. ¿se había desmayado? y si fuera así ¿acaso él se golpeó la cabeza? ¿por qué de pronto parecía gentil?

ser amable no era necesario.

"abre la boca, estás demasiado delgado" espetó brusco, girando ligeramente y tomando un plato rectangular con takoyaki dentro.

el humano hizo lo dicho, tenía la mente en blanco y simplemente obedecía.

oh, en verdad estaba delicioso. a pesar de ser la misma comida que compraba en los puestos de la calle, su sabor era distinto, realmente bueno.

(t/n) que en su serenidad habitual no gesticulaba alguna expresión destacamento, era fácilmente leído cuando su rostro cambiaba. un tenue resplandor en sus pupilas, mientras degustaba con emoción silenciosa el platillo.

"debes comerlo todo, ore-sama te castigará si no lo haces" soltó, con una entonación sin rastro de amenaza real, sirviendo nuevamente al humano que parecía poseer una constelación radiante en sus ojos.

"gracias"

y el vampiro se sintió abrumado por una sencilla palabra, pero encantado al mismo tiempo de encontrar el brillo del que su hermano mayor, con apariencia infantil, tanto había alardeado.

no había sonrisa, ni una minúscula insinuación a ella, sin embargo era suficiente con no verlo llorar o desesperar.

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora