hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)

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(t/n) no podía evitar sentirse intrigado y un poco inquieto ante una nueva huésped a la cual se le prohibía ver. no es una persona que se metía en problemas, tampoco le gustaba la idea de desobedecer un mandato de los hermanos Sakamaki. pero, quería tanto tocar esa puerta y preguntar si podía abrazarla, no le gustaba escuchar el llanto desconsolado de las personas, le causaba una extraña conmoción en el pecho que clamaba por ayudar a apaciguar el dolor ajeno.

y cuando estaba por olvidar las palabras de los vampiros, siempre aparecía uno de ellos para arrastrarlo lejos de la habitación que alguna vez fue suya.

tenía suerte si era encontrado en pleno acto por Laito o Shuu, eran los que ignoraban por completo sus intenciones y se lo llevaban, pero cuando se trataba de Kanato o Reiji debía estar preparado para una tortura sin mordida real.

no suele tener tiempo para preguntarse la razón, y cuando lo tiene no podía encontrar una buena explicación.

¿por qué han de colocar una muralla entre ambos humanos?

no la veía en los almuerzos y cenas, nunca podía encontrarla por los pasillos, ni siquiera estaba seguro de que los hermanos bebieran de ella.

entonces, ¿por qué?

nunca la había escuchado más haya de los llantos y gemidos que soltaba mañana tras mañana, tampoco la había visto interactuar con ellos.

suspiro.

Subaru acarició su cabeza volviendo a cubrirlo con las sábanas, mostrando una pequeña sonrisa antes de cubrir el rostro ajeno. (t/n) había olvidado las veces que los hermanos Sakamaki le sonreían de esa forma.

ahora era colmado de atención y agradables sensaciones. así que siempre se dejaba llevar por el afecto que hace mucho no probaba. de hecho, ¿alguna vez alguien lo había querido así?

seguramente no, pero tampoco le importaba saberlo.

se acurrucó bajo las sábanas, para ser estrechado entre los brazos del vampiro y descansar en su pecho, recordando que aún no era momento de pensar en cosas inútiles. porque comenzó a gustarle este nuevo trato.