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"duele" se quejó, el toque del vampiro con cabellera blanquecina lo hacía sentirse incómodo; era tan brusco.

"cállate"

si algo duele lo dirá, esos vampiros siempre exigían cosas ridículas. por supuesto, como ellos no eran humanos, no comprendían que ordenar cosas así los hacia parecer idiotas. aunque no podía decir lo mismo de sus semejantes los cuales decían peores incoherencias.

volvió a quejarse, y está vez, el último hijo tiró con salvajismo su brazo sano.

"incluso... si me amenaza con lastimarme-... es inevitable"

"cállate"

ser sostenido de esa forma y sintiendo como la sangre abandonaba su sistema lo hicieron sentir débil, no era su cuerpo en sí, era un agotamiento distinto.

seis.

la primera cosa que creía odiar; el número seis. no podía serle indiferente a los vampiros porque estaban plenamente presentes en su vida, y aunque fingiera no saber de ellos, ordenarán que sus ojos los vean.

eran posesivos incluso con algo que detestan.

sonaría cómico, pero él no veía la gracia el ello.

¿puedo dormir en medio del peligro?

y antes de seguir cuestionandose; lo hizo, se desmayó en los brazos del albino con puntas endulzadas.

su dieta era la peor. el apetito no venía a él cuando estaba frente a la mesa, el segundo hijo de la casa ya lo reprendió innumerables veces por ello, sin embargo ¿de qué servía eso?

el jugo de arándanos no era atractivo bajo sus ojos y aún así solía beberlo con cierta regularidad. al parecer no era suficiente para saciar a los vampiros de hambre voraz. ¿o tal vez lo hacían a propósito?

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora