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(t/n) hundía su rostro entre las sábanas; enredando su cuerpo, siendo completamente cubierto por las acolchonadas mantas pálidas, exponiendo algunas veces su cabellera desordenada. el vampiro que yacia sobre el alféizar, con la luz de luna besando su presencia, observaba al chico con algunos sentimientos demasiado blandos y vergonzosos. encontró ternura en ese repentino actuar y lo asemejo a un pequeño gato.

suspiro.

el incidente pasado declaró con una frialdad recurrente en la mansión un acuerdo sin palabras. la soledad para el huésped no era un opción, había algo quebrado y era desencadenado por ciertas actitud que juraron evitar, inclusive si ello era ir en contra de su naturaleza.

no permitirían la carga pesada de angustia en su rostro de nuevo. ni siquiera el sadismo haría que fueran unos demonios para él.

"deberías descansar" el humano se había levantado, con esas lindas pantuflas sobre sus pies y con el abrigo que el vampiro le había entregado.

"yo..." últimamente anhelaba el aire del exterior. el sentimiento de poca lucidez se desgastaba cuántas más horas estuviera despierto, aunque ya no era un problema porque incluso el afuera era agradable. sin embargo, siempre tenía miedo. porque podrían borrar fácilmente esos rostros cálidos y volverse fríos.

"¿tú? ¿acaso te duele algo?" chasqueó la lengua, levantándose y tomando presuroso el rostro, midiendo la temperatura para buscar algún indicio de mal en el cuerpo del humano.

negó, mientras un suave calor comenzaba a expandirse por sus mejillas "quería... realmente me gustaría ir al jardín" un alivio recorrió a hijo menor de la familia, volviendo a dirigir sus esféricas gemas carmín sobre el colorido rostro.

la tímida petición removió recuerdos en el vampiro, fue una ráfaga violenta y amarga.

"vamos" pronunció, envolviendo al humano entre sus brazos, usando aquella habilidad que le brindaba su naturaleza.

no podía borrar el acto atroz que cometió, y aún así quería hacer algo para complacer al humano, por lo que dejó que sus pies tocaran el suelo y le permitió explorar por cuenta propia.

(t/n) —quién esperaba cualquier clase de reacción— solamente sintió alivio y una emoción recorriendo su pecho. había cumplido su caprichoso pedido, no recordaba la última vez que pudo ser un poco egoísta al decir sus deseos.

se acercó a las rosas, aquellas que aún no florecían y las que presenciaron el daño causado, tocó su brazo recuperado y después se deslizó hacia los pétalos. la comisura de sus labios se alzaron tenuemente, y solo si alguien de la mansión lo hubiera visto, se hubiera sentido la criatura más afortunada y dichosa del mundo.

él está siendo amable.

cerró los ojos, agradeciendo desde la profundidad de su mente este cambio.

escuchó el mismo sonido que lo trajo a la mansión. el sonido del asfalto siendo utilizado captó su atención, las ruedas se detuvieron frente a las rejas del lugar. era una limusina rosa, inclinó la cabeza y la puerta de abrió.

una dama de piel lechosa y saludable emergió del vehículo, con esos hilos de oro pálido deslumbrando la noche.

es linda.

a pesar de la lejanía. a pesar de los vientos que surcan frívolos. ambos pueden compartir una conexión entre sus esferas, (t/n) cree que ella es realmente linda y la dama de iris magenta no puede escuchar nada a su alrededor. la lástima y miedo embriagan sus pupilas y siente un regusto amargo. puede ver al humano, de apariencia desgastada, se siente confundida pero se horroriza cuando una figura esbelta se coloca tras de él. quiere gritar que salga de ahí, que huya pero la mirada sangrante la deja sin habla.

el brazo que iba alzar para saludarla fue tomando con gentileza, él se dirigió al vampiro que lo estrujó contra su pecho, el humano no pudo distinguir la expresión que poseía y antes de poder llamarlo, las brisas nocturnas y el olor floral desaparecieron.

fue sostenido como una doncella, las pantuflas fueron removidas y casi al instante se encontraba en el ataúd, sentado y siendo envuelto por las sábanas. (t/n) lo miró, el color escarlata se veía perturbado y cuando éste se aferró a él; uniendo el rostro en su hombro, solo pensó en acariciar su cabello.

esa mirada la recordaba, parecía miedo, preocupación y suave ira.

era torpe en brindar cariño o cualquier sentimiento en general, pero hizo lo mejor reconfortando con sus palmas las hebras pálidas, peinando éstas con la yema de sus dedos. nunca antes había sentido una textura tan suave y agradable, se asemejaba quizá a la tela de algodón.

"no te acerques a ella" murmuraba contra la piel.

(t/n) no lo comprendía, las palabras eran febriles y tenues, el mensaje encriptado lo hizo pensar un momento. 'ella', las manos del vampiro lo envolvieron y se acercaron mucho más, el humano asiente y susurra su respuesta.

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora