hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)

(22)

"nee~ ¿(t/n) alguna vez los ha probado?" pregunta con el tono infantil al que su invitado se había acostumbrado.

"no"

"¿por lo menos, sabes lo que es?" cuestiona sonriendo. dejando a su costado al oso de peluche que siempre carga consigo.

"no" la respuesta se repite.

"entonces, te alimentare" canta, sosteniendo uno de los preciosos aperitivos cernidos en la mesa. (t/n) al inicio se muestra reacio, no obstante la mirada mordaz del vampiro fue suficiente para que lo aceptara "¿qué se dice?"

"gra-cias" murmura.

aunque sea llevado por las mismas garras que en más de una ocasión lo habían asfixiado hasta la inconsciencia, no podía negar lo bien que se sentía los dulces sabores derritiéndose en su lengua. era cierto, nunca había tenido la posibilidad de comprar o preparar algo semejante, quizá las pocas veces que obtenía galletas baratas era lo más cercano que estuvo de saborear un manjar de esa calaña.

era agradable.

la sensación crocante de la galleta endulzada y otros complementos que no podía reconocer, pero eran absolutamente deliciosos. solo una vez en su vida se preguntó qué tan bien sabían los glamurosos bocadillos detrás de la vitrina.

mientras seguía perdido en la nueva experiencia, la amargura de su mente lo hizo enderezarse, ¿qué haría está vez? quizá solo lo alimentaba para después creer tener el derecho de maltratarlo, aunque ello no estaba muy alejado de la realidad. de todas formas, ¿por qué tendría que darle algo? solo que lo lastimara y ya.

suspiro. pasaron minutos y el vampiro siguió llevando a los labios del humano bocadillo tras bocadillo, observando la escasa reacción, aunque uno en especial logró desarmar la monotonía habitual. sus ojos temblaron y un sutil brillo se plantó en ellos.

el humano era tan poco expresivo que ese simple cambio enorgullecía al de cabellera lila, limpió el glaseado que había quedado en la mejilla del chico, pero en lugar de usar un pañuelo; acercó su rostro y lamió la zona. no tardó mucho y, sin pensarlo demasiado, se deslizó hasta los labios con acaramelado sabor.

(t/n) no se sorprendió, seguramente se trataba de algún estúpido juego que se le ocurrió al cuarto hijo.

permitió al vampiro hurgar entre su boca, no era amable o considerado con la aparente nula experiencia del humano. pero, estaba bien manipularlo como quisiera, era divertido. las esferas amatistas se entretienen con el ligero rosa que se expande por el rostro.

(t/n) golpeó un par de veces el pecho ajeno, necesitaba respirar. sin embargo, las manos que se envolvían en su cabello profundizaron aún más.

los ojos se cristalizaron, en verdad quería tomar un respiro. el acto se comenzaba a volver desagradable y, seguramente, el vampiro sintió lástima así que permitió al muchacho descansar por unos segundos.

estaba sofocado, el grueso hilo de saliva que unía ambos labios fue ignorado y solo intento apaciguar su alterada respiración.