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"¡uh-mm!" la crema batida una vez más se difumino entre sus labios,

"es muy bueno, realmente bueno. nee~ (t/n) sabe demasiado bien, ¿por qué ahora es tan dulce?" balbuceaba, deslizando su lengua por las comisuras, sentado sobre el regazo del chico "cada vez sabes mejor" alega, fundiéndose entre la boca jadeante, sin dejarlo respirar.

(t/n) apreta el abrigo de Kanato, hundiendo sus dedos entre la tela que cubre su espalda, siente que puede desmayarse en cualquier momento. su lengua prueba el dulzor vigente, chocolate y chantilly, un toque de fresas y regusto a vainilla.

Kanato hizo que pruebe cada crema, explicando al inicio su composición y nombre, pero es tan ansioso que comenzó a devorar al chico.

(t/n) finalmente se rindió y echo la cabeza hacia atrás, su respiración rota y rostro rojo eran lo suficientemente buenos para Kanato, que limpió con su manga los hilos de saliva que caían por su mentón, hundiendo su rostro entre el cuello y hombro de (t/n).

"tan bueno, (t/n) es como un caramelo" susurra con voz ronca "¿puedo beber de (t/n)?" inquiere, besando la clavícula, acariciando su cabello y suspirando aire caliente.

tenía la cabeza en las nubes, sus manos habían perdido fuerza y se encontraban a sus costados. Kanato deslizó sus palmas y las tomó, al no ver alguna respuesta levantó la mirada y rió; el rostro complacido de (t/n) no debía ser visto por nadie más. entrelazó sus falanges, atrayendo hacia sus labios esas bonitas manos, besando los nudillos, elogiando lo bueno que era.

por supuesto, hace mucho había notado ese cambio en su aroma. era tan dulce, tan embriagante.

hasta ese momento todos se habían abstenido a probar un solo bocado de su querido (t/n), pero era innegable lo seductor que se estaba volviendo, no solo el perfume de su cuerpo, sino todo su ser. era demasiado para el pobre autocontrol que tenían.

llenó de besos los hombros y cuello de (t/n), esperando a que volviera a si mismo para molestarlo y encender su rostro en carmín. eso es algo que adora. esa chispa de brillo en sus iris es precioso, adorable.

"¿puedo?" insiste, brindando pequeños mordiscos que no hieren, es casi como una broma "pas-te-li-to" el chico cerró los ojos y asintió a duras penas, era un ambiente que lo estaba haciendo delirar.

Kanato sonrió, besando su mentón y descendiendo por su cuello, permitiendo que sus colmillos delinean líneas tenuemente rosas, se detuvo en la clavícula y succionó la piel hasta forma un hematoma bermellón. (t/n) apretó la unión de sus dedos, casi como un pequeño reclamo, una risa juguetona resonó en la habitación antes de silenciarse.

el chico contuvo un jadeo doloroso y sorpresivo, hace unas semanas no sentía esa punzante intromisión, casi había olvidado a los afilados colmillos que perforaban su piel para sustraer sangre pero ahora no sentía pavor o desagrado. era, más bien, reconfortante.

el vampiro alivió su hambre solo unos instantes porque cuando el líquido se deslizó por su paladar; un hambre y deseo voraz se instalaron en su cabeza. no había duda, incluso cuando en el pasado solo era más del montón, ahora se trataba del más dulce manjar que haya probado. tan bueno como lo había imaginado, se ajustaba a su exquisitas exigencias y lo llamaba a probar más y más.

su propia ambrosía.

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora