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"¿soy malo?"

un gato de pelaje sucio y desordenado mueve su cola de izquierda a derecha, sus pupilas atentas en su presa, con una postura evidente excepto para ésta.

"¿uh?" la pequeña dama de rostro suave giró su cuerpo sin entender y tragó el último pedazo de su postre "¿de qué estás hablando, (t/n)-chan?"

la niña preguntó con cierta preocupación, aunque la entonación denotaba enojo sutil. el joven a su lado a penas la vio por el rabillo de sus ojos, su mano izquierda apretó el borde de su abrigo.

"no es nada"

"no, no, pude oírte" dijo la pequeña con total confianza, su frente ceñuda y ojitos turbulentos. ella sostuvo la mano del otro; exigiendo que la mire.

"lo siento" suspira.

"(t/n)-chan, escúchame" la cálida palma acarició la mejilla de (t/n), ambos colores se encontraron y el hermoso rostro de la niña se alisó "tú no eres una mala persona, no lo eres" pronunció con lentitud, asegurándose de que cada palabra sea entendida "(t/n)-chan eres sincero, trabajador y muy gentil, ¿cómo podrías ser malo? ¡es una tontería! ¡tú eres nuestro héroe! el héroe de nuestra familia... y siempre has hecho todo por nosotros, y nunca podremos agradecerte lo suficiente"

su mano aún es áspera.

una niña de doce años con dedos tan duros y llenos de callos como las de un adulto. más pequeña que otras niñas de su edad. (t/n) sostiene esa frágil mano, sabe que no ha hecho suficiente. pero aún así ellos no lo odian.

"lo siento" repite en un susurro, la niña niega con la cabeza, envolviendo con ambos brazos al chico.

"deja de disculparte, deja de disculparte" regaña en su pecho, apretando con más fuerza "hermano tonto"

corresponde a la niña mientras delgadas gotas de agua se deslizan por sus mejillas. el gato flaco saltó hacia la banca con el ave en su boca, el cual había dejado de cantar.

"esta por llover, volvamos a casa"

"¡mmm!" la niña lo llevó de la mano por las calles, ambos presurosos por las nubes oscuras que plagaron el cielo.

la niña tocó la puerta de madera clara, ruido se oyó detrás y después de un breve forcejeo; se abrió, dejando expuestos a dos niños que rieron alegremente a pesar de estar uno encima del otro.

"¡ah, bienvenidos a casa!" gritaron al mismo tiempo, el niño más pequeño corrió hasta el joven y se detuvo a pocos pasos.

"¡hermano mayor, Haru te hizo un dibujo en la escuela!" mostró el papel en sus manos, alzandolo tanto como podía.

"¡hermano (t/n), Minri también te hizo un dibujo y la maestra me elogió más!" la niña también alzó su propio papel con mucho orgullo.

(t/n) podía escuchar la lluvia detrás, antes de que pudiera separar sus labios, un trueno cayó, el estruendoso ruido espantó a los niños que se prendieron a él, aferrándose como un seguro de vida.

"está bien, están seguros aquí" ambas manos fueron a las cabecitas de los niños, peinando el cabello con cuidado.

trueno.

el joven no tuvo más remedio que cargarlos hasta adentro.

"¡bajense de (t/n)-chan, lo van a asfixiar!" la niña de cabellera lacia reprendió a los niños más pequeños que no dejaron al otro por ningún motivo.

"¡no, si suelto al hermano mayor el trueno caerá en Haru!" el niño se negó obstinadamente.

la niña ni siquiera se apartó para responder.

"esta bien" reconfortó (t/n).

"¡no está bien! ¿por qué no pueden ser más como Suki?" señaló al niño de ojos claros que se mantenía sentado en uno de los sofás, mirando con sus grandes ojos la escena.

"¡Suki, ven a abrazar a hermano mayor, querías tanto abrazar a hermano mayor!" se burló Haru sin veneno real "¡hick!" pero pronto volvió a temblar por el trueno y esconderse en el abrigo de (t/n).

el niño se mantuvo en su lugar, pero ahora desviaba su mirada de manera furtiva a la niña, que le devolvió la mirada y asintió comprensiva.

(t/n) tenía a los tres niños encima suyo y los cuidaba de forma natural, brindado sutiles gestos de afecto.

"los otros están en la escuela, se anotaron a muchas actividades extracurriculares, llegarán antes de que tengas que irte" la chica explicó "haré la comida"

"puedes pedirla por teléfono" (t/n) la detuvo "no te esfuerces"

"¡mmm!" a pesar de su porte más maduro, no podía ocultar esa emoción infantil, como la de cualquier otra niña.

"¡quiero dorayaki, hermano mayor! ¿podemos comer dorayaki?"

"¡hermano (t/n), yo también quiero!"

el adolescente asintió, el niño que se recostaba en su pecho lo miro expectante y (t/n) acarició su cabeza.

"¿quieres algún dulce?" indaga con voz suave.

"pan... pan de leche..."

"bien" ante la aceptación, los ojitos del niño se volvieron aún más brillantes y frotó su rostro contra (t/n).

"no olviden que primero tendrán que comer los pimientos" la muchacha se cruzó de brazos asintiendo con firmeza, y los niños se quejaron con el muchacho.

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora