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estaba bien, para él lo estaba.

incluso si al despertar no hay nadie y se odia por unos instantes hasta sentir a uno de ellos a su lado: estaba bien porque solo es un instante. un segundo en el que quiere dejar de respirar.

sería un ingrato si decide huir, entonces ¿por qué últimamente esa suave voz en su cabeza se torno tan agresiva y aún quiere dejar esa bella armonía que alcanzó?

no, no y no.

cuando sus brazos y casi todo su cuerpo hormiguea con esa sensación de terror, la vocecita se calla y siempre aparecerá alguno de ellos para hacerlo perder la cabeza. y prefiere mil veces que sean ellos quienes lo hagan perderse.

estaba bien si seguía aquí, nunca volvió a tener recuerdos provenientes de la caja de pandora, ya no piensa en aquello siquiera. no es necesario. entonces, debe estar loco cuando piensa en volver.

¿volver a dónde?

si se va, no hay lugar al cual volver pues mendigar junto a su familia sin un hogar es lo único que haría. entonces, volvería a ser un ingrato con la oportunidad.

"estoy feliz de estar aquí" lo dice aun cuando algo dentro grita de forma horrible "estoy feliz de estar aquí" repite hasta adormecer ese desagradable bramido con solo una imagen que aveces ronda por su cabeza.

sí, incluso si algo no está bien, no importa porque no hay olor de cobre cerca de su familia, está bien si solo él la posee.

"¿estás cómodo?" el joven de cabello blanco miró al chico que yacia recostado en su cama hecho un tumulto de sábanas blancas y con una expresión complacida.

asintió "lo estoy, gracias" sus ojos adormilados se desplazan por el techo y recaen sobre la palma de Subaru.

"estaba afuera, pensé que te gustaría" dice con suavidad, mostrando la flor blanca que trae en una de sus manos, el tallo verde brilla incesante y las capas platinadas lo cautivan.

"muy amable, es realmente hermosa" cuando se remueve y estira sus brazos para sostener la rosa, Subaru la aleja un poco, sonriendo agraciado "uhm..." le brinda una mirada dubitativa.

"mi nombre" (t/n) inclinó la cabeza hacia un lado sin entender "si dices mi nombre te la daré" parpadea un par de veces, sin comprender ese extraño gusto que tenían los Sakamaki por ser nombrados por él.

hubo un poco de silencio antes que dijera "Subaru-san" su voz es tierna y aterciopelada, el aludido solo puede observar el joven rostro: los labios articulando cada sílaba, mostrando ese brillo y suavidad "Subaru-san"

"¿si?" se inclina sobre él, acariciando las mejillas que lentamente elevan su temperatura y adquieren un distintivo color salmón "(t/n)..."

"¿puedo tener la rosa, Subaru-san?" pregunta, su tono disminuye hasta sonar demasiado bajo para ser oído con facilidad, el albino se acerca a su rostro.

demasiado cerca. las respiraciones chocan entre ambos y cada pequeño movimiento puede ser percibido con sencillez, pero es tan normal que no es incómodo, al contrario, es acogedor. agradable; quizá demasiado.

hay algo cálido, que arde entre chisporroteos crujientes. el chico bajó su mirada, es demasiado precioso, adorable, igual a esa flor que obtuvo entre el jardín y esa no es la única similitud entre ambos.

los labios se colocan sobre los suyos, una unión suave, paulatino que lo adormece y es recostado nuevamente sobre las sábanas, la flor desaparece de su vista y lo único que puede ver son esos rubíes brillantes, deslumbrantes de cariño abrasador.

Subaru lo prueba lento, es amable ante ese contacto, lo profundiza hasta envolverse en el calor de la piel, entrelaza sus dedos reforzando la fuerza sin lastimar al chico. solo anhelando más, más de lo que le brindaba. mucho más de su corazón.

es demasiado lindo cuando cierra los ojos, con un rubor intenso que parece una dulce cereza. desea devorarlo, tomar todo de él hasta no dejar nada para nadie más, porque el sentimiento de pertenecía pesa en sus acciones y hay algo que arde en su pecho, aveces es tormentoso y algunos otros idílico.

esa respiración laboriosa lo hace sonreír, un fino hilo de saliva conectan sus labios, los de (t/n) se encuentran ligeramente regordetes por la intensidad y leves mordidas de juego que brindaba, aún sus párpados no se alzaban de su lugar y solo puede admirar ese desastroso rostro hecho carmín con deleite. acaba de provocar esa bonita expresión.

"uhm..." el chico intenta recuperar el aliento, abriendo sus ojos que poseen una capa de agua fina sobre su retina "la rosa" susurra, y Subaru solo puede reír en su corazón.

"te traeré otra" resta importancia.

las intensiones de aquellos mimos solo lo hacen olvidar la flor, casi como su alrededor, solo sintiendo a Subaru.

pasan las horas y Subaru acaricia su cabello con lentitud, suave y suave. observando ese rostro que dormita, sus labios que se encuentran enrojecidos, tan hermosos como siempre "te daré todo lo que desees" besa su mejilla y desaparece.

en el gran salón, su expresión se endurece como es habitualmente cuando está lejos del muchacho, todos ahí miran por el rabillo del ojo a Subaru.

"está dormido" dice mientras se sienta sobre el sofá de una plaza que le pertenece, esperando al habla de Reiji que asiente con lentitud y frunce su entrecejo.

"esa persona llamó ayer" si el solo nombrar a su padre era engorroso y desagradable, lo era aún más al saber que tenía algo que ver con el pequeño humano; de otro modo, Reiji ni siquiera los habría convocado "quiere que nos reunamos en una cena con él... incluyendo al banco de sangre y (t/n)"

hablemos sin pensar (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora