control; Hawks/Dabi

Capítulo 6

Por fi voten 🥺

— No entiendo cual es la razón del que se encuentre más callada de lo habitual, Kanzaki-san. ¿Ha ocurrido algo anoche? —cuestionó Seidou dentro del ascensor de la agencia de Hawks, parado justo a un lado de la pelimenta, mirándola de forma extrañada.

La mencionada pasó saliva y después un mechón por detrás de su oreja, recordando la sensación de la cálida respiración del villano contra la desnudez de su cuello.

— No es nada, Seidou-kun. Es sólo que creo que debí de tomarme otra taza de café —respondió ella, intentando de restarle importancia a su pregunta.

— Y también creo que debió cubrir ese descarado chupetón de su cuello —agregó el ojigris, haciéndole saber de aquel moretón que adornaba su blanquecina piel.

Ichigo lució aturdida por un momento.

¿Chupetón?

¿Ese maldito le había dejado una puñetera y asquerosa marca en el cuello?

De manera inconsciente llevó una mano para cubrir aquel lugar, intentando de recordar donde habían estado posados los labios de Dabi.

¿Cómo se había atrevido?

— Debe ser una roncha, en la madrugada un mosquito se la ha pasado jodiendome —mintió la ojiverde, intentando de sonar fastidiada y molesta.

Las puertas del elevador se abrieron, dejando a la vista el extenso pasillo que conectaba con las puertas del despacho del número dos.

— Disculpe mi atrevimiento, Kanzaki-san, pero cuento con la capacidad mental suficiente como para asimilar que el joven... Ajá, tiene algún interés en particular por usted y estoy totalmente seguro que aquello que tiene en su cuello es una muestra de dominación para quien sea que sea capaz de notarla —recitó algo aborrecido, recordando el rostro y esa estúpida sonrisa del azabache.

Su superior dejó ir una carcajada.

— No sé de dónde sacas tantas conclusiones. Son buenas, eh. Pero como ya sabes él y yo tan solamente somos... socios, ya deberías saberlo después de casi un año de labor —aquello último lo dijo entredientes.

— Espero no esté ocultando la verdad —la miró desde por el rabillo de sus ojos con una expresión seria.

Ella tampoco le miraba directamente.

Ambos detuvieron su andar cuando estuvieron frente a las puertas de la oficina de Hawks.

— Suerte con su primer día formal de empleo, Kanzaki-san —la mano del guardaespaldas se envuelvo en la perilla de la puerta para darle libre acceso a la joven, quien no dijo algo más e ingresó a la habitación.

¿Tan difícil era decirle la verdad?

Qué era cierto, algo extraño había ocurrido entre Dabi y ella, que estaba perdiendo las riendas del asunto y que tampoco se le apetecía hacer algo para remediarlo.

En pocas palabras, estaba mandando por un tubo a la mierda todo su profesionalismo.

No, no, no, se lo estaba ganando, para que pudiera poseer cualquier clase de información y planes a futuros de la liga de los villanos. Si, todo esto para ofrecer la información a los héroes y obtener un buen billete... Pero de la misma forma podía sacar información de los héroes y ofrecerla a los villanos y obtener de misma forma, buena pasta. Ella siempre escogía la mejor opción y si la comisión no aceptaba su petición de empleo, pues ¿qué mas da? Ofrecería información por amabas partes y quien tuviera mejor pago, ese sería.