control; Hawks/Dabi

Capítulo 14

— Oh, espera, espera, espera un momento —los codos de la pelimenta se clavan en la suavidad de su cama, mirando aterrada el miembro expuesto de su novio que amenazaba por deslizarse en el interior de su humedad — ¿estás seguro que va a entrar? Nunca lo había visto tan grande —relamió sus labios sin dejar de mirar con temor como una de las manos del villano alineaba con firmeza su masculinidad a su entrada sin ningún titubeo.

— Claro que va a entrar, no te pongas nerviosa. No voy a lastimarte —le aseguró él acariciando con su mano contraria el interior de su muslo, intentando de relajarla. Claro que con ese tamaño que Dabi se cargaba, pues igual la iba a molestar un poco e incluso incomodar, pero no tanto como para hacerla gritar de dolor. Habían tenido una larga sesión de estimulación y preparación para evitar cualquier tipo de sufrimiento— ¿Puedo..? —se restregó repetidamente contra la feminidad de Kanzaki, esperando el permiso de ella, causando que ambos tuvieran un pequeño espasmo por la fricción de sus cuerpos. Los piercings en su longitud era una sensación más dentro de su placer, cada vez que el metal helado de los aretes hacían contacto con su clitoris la hacían ver estrellitas.

Respiró profundamente y buscó la mano libre de Dabi para entrelazarla con la suya y posarla a un costado de su cabeza, finalmente asintió con su cabeza.

El joven de hebras negras se inclino hacia el frente, deslizándose lentamente por el estrecho canal de su novia, el cual realmente lo recibió muy bien. La ojiverde dejó ir un jadeo de impresión cuando sintió la hombría del muchacho llenarla por completo.

Por instinto cerró sus ojos fuertemente, no le causaba dolor, pero era una extraña sensación. No existía comparación con la longitud y grosor con la de sus dedos o los del mayor. El de orbes color turquesa la admiró a detalle, esperando pacientemente que logrará acostumbrarse a su tamaño. Miró con fascinación su rostro sonrojado, el fruncimiento involuntario de sus facciones, sus pezones erguidos, el leve arqueo de su espalda por haberla embestido por primera vez y el camino de besos que el con anterioridad se había encargado de marcar en sus clavículas y cuello.

Ella era toda una obra de arte digna de apreciar.

— Mírame a los ojos, Ichigo —le indicó el villano, haciendo uso de un tono de voz demandante y ronco. La mencionada a duras penas abrió sus ojos, los cuales se miraban más brillosos de lo habitual. Dabi entrelazó su mano restante  con la de Ichigo. Fue cuidadoso, no quería reposar todo su peso sobre el cuerpo de la joven cuando aproximó su rostro al de ella para depositar un beso sobre su frente, después en la punta de su nariz y al final, sus rosados labios.

Durante aquel compartimiento de saliva, el muchacho aprovechó para moverse lentamente dentro de su feminidad, causando que Kanzaki abrazara su cadera con sus piernas. Un apenas audible gemido fue emitido durante aquel beso, percibiendo la sensación del miembro y esos aretes volver adentrarse por su cavidad.

A pesar de la temperatura tan elevada de sus cuerpos, sintió un escalofríos invadirla, haciéndola estremecer por debajo del cuerpo masculino.

Kanzaki verdaderamente había tenido altas espectativas del dolor que experimentaría, pero este ni siquiera llegó a la letra "d" de la palabra. Se había dejado llevar por historias de sus amigos y amigas.

Recién había realizado de lo fuerte que había estado sosteniendo las manos de Dabi y fue consciente de aquello, cuando sintió que las grapas quirúrgicas que el muchacho mantenía incrustadas en la parte posterior de la palma de su mano se encontraba enterrandose en ambas de sus manos.

Por reflejo soltó sus manos de forma disimulada, no quería hacerlo preocupar en una situación como esta.

Sonrió entre aquel beso y con más valor, enredó sus brazos en su cuello, abrazándolo y literalmente pegándolo más a su desnudez. Fue en aquel momento cuando sus estocadas se volvieron más continuas y profundas, brindándole a ambos individuos un placer indiscriptible. La sensación no tenían comparación a cualquier encuentro que anteriormente habían llevado acabo.