Capítulo 7

524 67 15
                                    

por fa voten uwu

Era la misma rutina cotidiana, caminar con Seidō por la noche, mirando el cielo estrellado. Conversar y viborear de la gente que los rodeaba. Despedirse y mencionar que mañana se verían a primera hora en el hogar de Ichigo. Presionar el botón de su ascensor, llamándolo. Introducir el código de seguridad de su hog-

Las fosas de su nariz se ensanchan al percibir nuevamente un olor a tabaco provenir desde el interior de su departamento.

Pasó saliva con algo de trabajo.

«Otra vez no»

Recargó su frente contra la madera de su lugar, tomando un profundo respiro, mentalizándose. Sin más, abrió la puerta y se adentró en él, contemplando la tenue luz encendida de una de las lámparas de su sala. La esencia a cigarrillo se hizo aún más potente. Las orbes jades de Ichigo se fijaron en el joven que se encontraba plácidamente sentado en su sofá, como si estuviera en su hogar. Tenía una pierna cruzada sobre la otra, en escuadra y sus brazos estaban extendidos en el respaldo del sillón, en una de sus manos, entre sus dedos, sosteniendo un cigarro.

Cerró la puerta a sus espaldas, intentando de ignorar la presencia de su confidente.

— ¿Sabes? Un buenas noches vendría bien —la grave voz del villano inundó sus oídos, poniéndole la piel de gallina.

— ¿Qué ocurre? ¿Cuál es la necesidad de que te encuentres otra vez en mi casa? —la de cabellos color menta se cruza de brazos, intentando de manter una postura fría.

Las orbes turquesas de Dabi se clavan en la chica, quien mantenía sus labios ligeramente fruncido al igual que su entrecejo. Simplemente adorable. El azabache le da una calada a su cigarro para después dejar de cruzar sus piernas, palmeó repetidamente su regazo y devolvió su cigarro al cenicero.

— Sientate, tengo que enseñarte algo que te encantará —le comandó el muchacho con piel magullada con una pequeña sonrisa en su rostro.

No cometería el mismo error al de un día anterior, por lo cual optó por sentarse a un lado suyo, mirando el maletín que se encontraba a un frente de ellos, sobre la mesita de la sala.

— ¿Qué es? —preguntó Kanzaki con algo de desconfianza, mirando desde por el rabillo del ojo a Dabi.

Ella estaba más distante, era evidente.

— Desliza el cierre y compruébalo tu misma —le indicó el ojiazul, buscando alguna causa del origen de su conducta atípica.

La chica no lo pensó, se inclinó hacia un frente para hacer lo que el chico le había indicado.

— Espera —la mano de Dabi se interpone para que Kanzaki no pudiera acceder al cierre del maletín. Confundía ella se gira a verlo.

— ¿Qué demonios..?

— Quiero que te sientes aquí —las piernas del muchacho se arrastran hacia los costados, dejando un pequeño espacio entre ellas. Obviamente con la intención de que Ichigo pusiera su trasero en aquel pequeño lugar del sofá, pegado a la entrepierna del villano—hazlo —la alentó.

La joven espía dejó ir un suspiro y desganada tomó asiento entre sus piernas para nuevamente inclinarse hacia un frente, sin ver a Dabi, sabía que tenía una sonrisa retorcida esobazada en su rostro.

Ichigo deslizó el cierre, casi al instante haciendo que sus ojos se abrieran más y su boca casi perforara el piso. La de fajos de dinero que se encontraba ahí. Cada uno con billetes de cien dólares, calculando que cada fajo tuviera cincuenta billetes de esos o más.

control; Hawks/DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora