Capítulo 18

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Seidō fue el primero al ingresar al baño de caballaros del noveno piso del edificio, mientras que, Kanzaki se dedicó a esperar pacientemente a que el joven albino llamado Geten no pudiera contener más la retención de líquidos en su vejiga hasta tener la necesidad de ir y relajarla en el mismo espacio donde Nagachika se encontraba.

La de hebras color verde menta acomodó sus gafas solares cuando divisó por el pasillo al joven de orbes azules encaminarse hacia el servicio higiénico, pero un gruñido escapó desde por su garganta cuando lo vio acompañado de alguien más.

¿Aquella persona extra le haría compañía al sanitario a Geten?

De ser así, tenía que recordar el movimiento número seis del plan B.

«¡Bingo!»

Pensó y mordió la punta de su lengua. Era sencillo, tan solamente tenía que encargarse de manipular la psique de ese individuo.

Una pequeña y retorcida sonrisa se esboza en su rostro y volvió a fingir que leía un periódico.

— Ah-ah... Geten-kun —habló el muchacho que acompañaba al albino —... Creo haber olvidado mi móvil en la oficina de Re-destro-sama —esas palabras hicieron fruncir el ceño del mencionado.

— ¿Pará qué necesitas tu teléfono? Solo vas a orinar. —comentó el joven de orbes azules algo fastidiado.

— Estaba por recibir un llamada importante... En un momento vuelvo. No me esperes. —el muchacho que lo acompaña lo abandona en una caminata con prisa. Geten se encoge de hombros y se adentra al baño.

Tras haber hecho sus necesidades, el chico de cabello blanco se dirige a lavar sus manos, realizando que había otro hombre dentro del baño. Este era alguien demasiado alto, podría asegurar que excedía el uno noventa.

— Es un día templado. —acotó el pelinegro, copiando la acción de Geten.

— Es lo que decía el pronóstico el día de hoy. —le réplica sin problemas el ojiazul, mirando al hombre desde por el reflejo del espejo de a un frente.

— Tu ropa se ajusta a la perfección con la sensación térmica actual —Nagachika se voltea a verlo, acompañado de una pequeña sonrisa.

— Sí... —las orbes del menor se pierden en el piso. Le resultaba extraño este hombre con facciones caucásicas, jamás en su vida lo había visto. Se alarmó, pero aquello no duró mucho cuando recordó que el día de hoy llegaría el equipo de monitoreo financiero de la compañía— Usted debe de ser el señor Leone Abbacchio, ¿cierto? He escuchado que han venido desde Italia, debió ser exhausto.

« ¿Qué demonios..? ¿Monitoreo financiero? ¿C-Cómo? »

Pensó Seidō fugazmente, logrando ocultar lo sofocado que aquellas palabras le habían ocasionado. ¿Por qué diantres no se había enterado de ese espontáneo acontecimiento?

Momento.

¿Y si este era el anzuelo para que lo mordiera? No conocía a Geten, pero si el chico era inteligente y si desde un inicio comenzó a sospechar de Nagachika, entonces podría estar buscando algo que pudiera hacerlo delatar, como aquella pregunta.

Una gota de sudor resbaló por la patilla del azabache.

Las probabilidades eran de un cincuenta y cincuenta.

control; Hawks/DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora