Capitulo 40

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Layla.

Me desperté en la misma habitación de siempre, ya no era la de Shawn, ahora era la mía. Seguía teniendo pesadillas y cada vez peores pero simplemente no podía seguir durmiendo en su habitación, no podía, me negaba una y otra y otra vez, las que fueran necesarias.
Últimamente había estado callada, no quería hablar mucho con nadie, me atormentaba cada pensamiento, así que prefería no pensar, de todas formas, siempre terminaba haciéndolo. Quería dormir a toda hora. Digamos que mi poca falta de atención en todo, mi cansancio y el hecho de que ya no hablaba casi nada no le afectaba mucho a los demás.
Los chicos estaban muy extraños, se la pasaban encerrados en alguna de las habitaciones todos juntos, no tenia la mas mínima idea de que sucedía pero tampoco me interesaba del todo.
Cada día que pasaba extrañaba mas a mis amigos y a mi papa. Extrañaba mi casa, aquella de la cual no sabia si volvería a ver. Extrañaba a Matthew, oh vaya, si que lo hacia. La voz de Jacob, extrañaba con todas mis fuerzas a Alisson, quería abrazarla, quería abrazarlos. No soportaba mas aquí.
Pensaba en eso, sinceramente lo hacia. Pensaba en que mi padre ya no estaba buscándome. La vez que fuimos a hablar con el por teléfono le habia susurrado una palabra clave. El me la había enseñado,  esta significaba que todo estaba bien y estaba fuera de peligro.
Pensaba también en mis meses aquí. Cualquiera diría que siete meses aquí no era nada, pero la verdad este con quien este, me sienta bien o mal, sin importar como me traten, había sido una eternidad. Siete meses según yo creía, ellos no nos decían que día era,pero yo contaba los días, o al menos eso trataba, según mis escasos cálculos mas o menos siete meses fueron los que pase aquí.

Pensar en mis meses aquí, me llevaban a pensar en como los pasé.

No habían sido malos, si estaré loca pero creo que fueron muy buenos.

Quitando algunas cosas, no iba al colegio, No soportaba burlas, directamente ya no las recibía, ellos me cuidaban, gracias a ellos pensaba cada vez menos en como me veía, lo hacia, pero mucho menos.

No quería pensar que pasaría cuando ellos se fueran, en el hipotético caso de que no me mataran, ¿como seria? ¿que haría yo? ¿Los entregaría?

Siempre tenia las mismas preguntas. ¿Que sucederia?

-¿Puedes levantarte y venir a desayunar, señorita sorda?

Escuche a Mayra decir. Mejor dicho escuche a Mayra sacandome de mis pensamientos. -¿Que?

-¿Tienes algún problema en los oídos?

Últimamente ella había estado muy mala conmigo. Bueno, digamos que todos me habían comenzando a dar mas atención por el hecho de que había adelgazado en las ultimas semanas, no había hecho nada malo, solo adelgaze unos seis kilos de los diez que había subido, no era nada, pero ellos lo veían como algo enorme. En fin, ellos se centraron en mi y Mayra hizo mil cosas por obtener su atencion sin resultado, entonces parece ser que se puso de meta hacer mis semanas una cagada porque durante la última semana estuvo insoportable, en inmeradas veces me dejo mal frente a ellos, diciendo cosas idiotas.

-Hace media hora estamos llamándote para desayunar y tu no escuchas.

-Lo lamento.

-Bueno pues baja.

Me levante de la cama, tenia puesto un short y una remera algo ajustada para lo que yo prefería.

Valía decir que mi busto había crecido, no era como si hubiera crecido cincuenta tallas, pero al menos tres tallas había aumentado, la remera dejaba mucho que mostrar, no mostraba mi ombligo ni nada pero simplemente con el hecho de ser ajustada no me gustaba. Hacia un poco de calor ese día pero igualmente fui hacia el ropero a buscar la unica campera ligera que tenia. Ella me tomo fuertemente del brazo. 

I Like Being AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora