Susurre un "Hola" y la mujer en la cama salto del susto. De acuerdo, de acuerdo, Cameron fuiste demasiado duro.
Tape su boca con mi mano y le sonreí.
-Hagamos esto rápido que tengo una medio muerta allí abajo, Cariño.
Ella tenía sus ojos llorosos, que niña.
Cameron, es una ñiña.
Dijo de repente esa consiencia que me hacía dar cuenta lo retrasado que era.-¡Michael!
Llamarnos por nuestros segundos nombres siempre funcionaba.
Taylor subió.
-Ya até al hombre.
La mujer miro a su lado y volvió hacia mi mirada. Hacía esos típicos quejidos de cuando alguien intentaba hablar pero cubrían su boca.
-No les haremos daño, tranquilízate.
La mujer estaba desnuda.
-¡Oh parece que algunos picarones estuvieron divirtiéndose la noche de ayer!
Taylor se carcajeo.
La mujer se puso colorada.
Le estire la mano a Taylor y el me paso la soga. Era fácil encontrar herramientas para utilizar en un secuestro cuando era la casa de un leñador. Até sus manos y al verla completamente desnuda note una gran contusión en todo su brazo. Saque mi mano y deje que hablara.
-¿Qué te sucedió?-Solo me caí.
Silencie por unos segundos.
-Te golpeo ¿Verdad?Era lo suficientemente consiente de cómo era una contusión de un golpe sin querer y un golpe intencional.
Ella no contesto.
-Alcanzame una manta.
despues de unos segundos mire a la mujer.
-¿Dónde tienes mantas?
-En el ropero.
Mire de nuevo a Taylor quien justo tomaba una manta del armario gigante y viejo con la que cubrió a la mujer que aun yacía desnuda.
Bajamos los escalones y pude ver al hombre que estaba rojo de la furia.
El solo soltaba los quejidos que anteriormente nombre.
Odiaba esos quejidos.¿Para que intentaban hablar si sabían muy bien que les era imposible? Me irritaban.
Solté el trapo que había en su boca.
-¿Quieres callarte?
-Te matare, hijo de puta.
Yo reí lo más irónicamente que pude.
-Oye hermano, no te oí bien ¿A quién mataras?
-A ti hijo de puta ¡suéltame ya!
Lo golpe con mis nudillos con todas mis fuerzas y más que de costumbre. Golpee a Layla lo más despacio que pude y ahora pondría todas mis fuerzas en dejar parapléjico a este inservible.
De un solo golpe su nariz, ceja y boca comenzaron a sangrar.
Me acerque a centímetros de su oído.
-Tú no puedes matar a nadie, imbécil. Golpeas a tu mujer para sentirte más hombre, la golpeas para sentirte dominante cuando en realidad no eres más que una mugre en este mundo.Volví a golpearlo, pero esta vez muchas veces seguidas. Supe controlarme, no quería matarlo, solo darle una lección. Deje de hacerlo al notar que su nariz ya estaba dislocada o al menos quebrada, no lo se, no me interesa.
Mire a mi costado, y estaba recostada Layla frente a la chimenea, ya menos pálida pero aún muy herida, necesitaba llevarla con Steven.
-La única razón de que no te mate, es que no soy un hijo de puta como tú, yo no mato mujercitas.
Lo golpee una última vez y el quedo medio embobado.
Mire a la mujer.
-Necesito un celular, y ropa.
Ella contesto temblorosa.
-Arriba hay dos celulares y la ropa la tomas del armario donde estaba la manta.
Asentí.
-Quédate con ella.
Le dije a Taylor y subí corriendo.
Tome unas mantas bien abrigadas para tapar a Layla, Muchos buzos de la mujer la cual no era de mucha más talla que Layla y ropa del hombre, bastante, por si existía la posibilidad de encontrarnos con Nash, Carter y Shawn.
Me dirigí al baño y tome un botiquín de primeros auxilios. Baje de la misma manera en la que subi y le di las cosas a Taylor.
-Llévalas y pon todo menos las mantas en el baúl del auto.
-¿Se llevaran el auto?
-Lo siento, el fin justifica los medios.
La mujer miro para abajo y por unos segundos me apiade.
-Juro devolvérselo en buen estado.
Dije antes de que me arrepintiera, yo jamas rompía promesas.
Ella seguramente no me creyó, pero lo haría, mis promesas no eran nunca en vano.
Fui a la heladera y tome un par de gaseosas y unos sándwiches. Volví con la mujer.
-¿Dinero tiene?
Ella negó. De acuerdo, bastante generoso habia sido y necesitaba salir de alli. Saque mi pistola y la apunte.
-Vamos, cariño, no te hagas la difícil conmigo, este hijo de puta debe tener algo de dinero.
Apunte para el techo y jale el gatillo. La mujer salto en el sillón.
-Está en aquel cajón de verduras.
-¿Lo ves? Nada pasa si colaboras.
Su casa era humilde y algo se encogió en mí, mi familia era igual y yo no sabía cuan carenciados eran.
Tome el dinero y guarde mi pistola. Los conté.
Tocaron mi hombro y salte del susto.
-Qué hijo de puta eres, Caniff.
Rio y me abrazo.
-Te quiero.
Lo dijo en voz de nena.-Mil doscientos dólares.
Dije ignorando su comentario y finalizando de contar el dinero.
-Nos alcanza.
Asentí.
-Ve rápido a ponerle dos de los buzos que deje en la mesa a Layla el pantalón también, a Mayra dale el otro que queda.
El asintió y camino hacia el living pero antes agarre la capucha de su campera.
-No mires más de lo debido.
-Ni que fuera violador.
Dijo y luego me miro.
-No todavía.
Se soltó de mi agarre.
Guarde el dinero en mis bolsillos traseros y me distraje demasiado viendo las fotos que estaban en un cuadro por toda la pared de la cocina.En todas y cada una eran él y ella. Ninguno sonreía. No había felicidad, no había carisma no había nada. Todo era vacío, nada de sentimientos.
Me sentí identificado con la vida de mama.
Deje de ver las fotos recordando los pequeños momentos de mi infancia y pude al fin dirigirme al Living donde estaba el hombre tirado aun en el suelo atado a una silla. Fije mi mirada en taylor quien le ponía a Layla el ultimo buzo de los dos que había dejado.
Observe como la alzaba
-¿Sigue fría?
-No, esta tibia, supongo que eso es mejor.
-Claro, espero que no hayas observado nada.
El revoleo sus ojos.
-La llevare al auto, apúrate.
-Claro.
Me acerque a la mujer despacio y me senté en la mesa de café que estaba enfrente de ella.
-Escúchame bien.
Ella me miro con ojos llorosos.
-Quiero que dejes a este imbécil que te golpea y nunca vuelvas a verlo. Eres joven, y eres hermosa. No tienes por qué soportar todo esto que él te hace. Sé que te golpea, no soy idiota. Mi padre lo hacía con mi madre y arruino por completo su vida, no dejes que te pase a ti eso.
Las lágrimas empezaron a caer de su rostro y las seque con mi pulgar.
-Te devolveré el auto y el dinero, Lo prometo.
Dije y continúe.
-Solo si averiguo que tu dejaste a este idiota. Puedo hacerlo y lo hare. No tengas miedo ¿Si? Nada pasara, se lo que crees, sé que piensas que el hará algo malo pero no será así y es algo que también te prometo.
Ella asintió y yo me pare.-Hasta luego.
Salí por la puerta cerrando los ojos por la impresión de la luz y me volví.
-Desata la cuerda, no está del todo atada.
Dije eso y por fin Salí.
Subí al asiento del copiloto y Taylor arranco.
-¿El celular?
Pregunte al tiempo que él me lo daba. Por segundos trate de recordar cual era el número de Steven hasta que lo recordé y marque.
-Beep-
-Beep-No contestaba.
-No contesta.
-Sigue intentado.
Mire para la parte trasera del auto y me hallé con una Mayra dormida abrazando a Layla.
Volví a marcar, y nada.
-Puto sea este inútil.
-Pensando en que son las siete de la mañana y que él es un vago inservible que huye de la ley y la mafia es algo un poco entendible ¿No crees?
Era algo lógico.
Volví a marcar.
Al tercer beep, por fin el respondió.
-¿Qué no vez que hora es? Me importa una mierda quien seas estaba durmiendo.
-¿Steven? que malas mañanas ¿así las empiezas?
-¿Cameron?
-El mismísimo.
Afirme.— ¿Tanto me extrañabas?-¡Hermano! Si bastante sabes.
-Oye necesito que escuches muy bien lo que te tengo que decir.
-Ajam.
-Sin preguntas ni dudas, tengo una urgencia, un operativo totalmente fallado, necesito tu lado de médico, Te pago lo que sea. ¿Puedes hacerlo?
-Claro hermano, eso no se pregunta pero estoy en Brentford, ¿Tu dónde estás?
-También estoy en brentford, si no, no te llamaría.
-Perfecto te espero aquí, ¿En cuánto llegas?
-En una hora estoy allí, Prepara todo.
-No tienes que decirme que hacer, homosexual.
-Homosexual tu madre.
-También.
Rio.
-¿Dónde siempre?
-Donde siempre.
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I Like Being Alone
FanfictionCuando eres la hija del hombre mas poderoso de todo Estados Unidos, tu vida es deseada por todos, haciendo y obteniendo lo que quieres, pero esa no era la vida de Layla, ella era todo lo contrario a lo que se suponía que era la hija del codiciado B...