El suicida.

Capitulo 8

El estaba encima mío , su brazo acariciaba mi espalda. Comencé a sentir piel de gallina y ese vértigo en mi panza se aceleraba. Sus besos bajaron hacia mi cuello, su suave cabello estaba despeinado, mí respiración era entrecortada. Necesitaba parar ya que  comenzaba a sudar. El paro por un momento y quito su camiseta rápidamente, continuó con sus caricias y sus besos. Yo seguía gimiendo, pero mantenía mis ojos abiertos. Realmente no sabía si era un sueño o solo  estaba alucinando.

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Sin darme cuenta Dominic había sacado mi remera, mi espalda se encorvo al sentir sus besos en mi estómago. Oh dios mío.

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Rasguñaba su espalda con mi uñas, el paro y me miro a los ojos. Yo lo mire fijo sin saber que hacer. Me sostuvo de las manos y me miro algo raro.

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Dominic comenzó a gritarme un poco enojado, yo no entendía el porqué. Luego me di cuenta ,eran mis muñecas dañadas. Lo único que hice fue susurrar un “Lo siento”.

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El  siguió con su camino de besos. Lo Mire confusa.

-¿Dominic?.- le susurre.

-¿Qué quieres?- me dijo algo frio, no quería que me volviera a hablar así.

-¿Te sucede algo?- lo atraje hasta mi cara, haciendo que nos miráramos fijamente.  

-Solo déjate de hacer esas mierdas ¿si?- me susurro y me beso, yo le devolví el beso pero esta vez mucho más apasionado y lleno de amor.

-Lo siento.-le murmure entre besos.-No volveré a hacerlo jamás.  

Sus manos se encontraban acariciando mi espalda, estaba convencida de que esto era real. El se quito las zapatillas y de un momento vi a Dominic en ropa interior encima mío. Yo solo mantenía mis manos en su espalda. Lo empuje y me levante de la cama, el me miro confuso.

-Dominic, no se si estoy preparada para esto.-el asintió y se sentó en la camilla. Tenia miedo de decepcionarlo, desde pequeña me acompleje. Soy bajita y mi cuerpo era algo imposible de mostrar. Odiaba verme al espejo, odiaba sentirme mal cada vez que veía a unas chicas altas y delgadas. Con sus caderas de supermodelo y  su forma de vestirse para llamar la atención, esas zorras te restregaban en la cara lo que tú no ibas a ser jamás. Y eso dolía. Dolía de tal forma que no querías salir de tu casa por miedo a que la gente te vea mal, por miedo a que te digan que no eres lo suficientemente bonita como para ser aceptada en esta sociedad.

-Esta bien ¿Qué te sucede?.- lo mire y comencé a reír algo nerviosa.

-Tengo vergüenza.-Le dije un poco triste, Sé que lo que realmente quería decir no era eso. Lo que quería decir era que no quería que salga corriendo gritando “Emma es una gorda”.

-Vamos, no puede haber nada malo. -El sonrió y por un momento me sentí cómoda  con él. Me quite mis botas y baje mis pantalones. El me miro ,yo me sonroje.

-Lo siento Dominic, esto es lo que soy.- levante mis hombros.

-Eres perfecta.- él sonrió y  me miro algo sorprendido. El nudo en mi garganta era gigante. Esperaba tanto este momento.

Él se paró frente mío, miro mis pies, luego mis piernas mi estómago y Por ultimo miro mis senos. Yo largue una carcajada y el me miro sorprendido.

-¿Dónde has estado todo este tiempo Emma?- Reí y el me acaricio mi mejilla. Me beso y yo le respondí, era mucho más apasionado de lo común. Me levanto y me llevo hacia su camilla, se posiciono sobre mí y me beso salvajemente. Me sentía rara, sentía su entrepierna algo abultada. Comencé a reír mientras nos besábamos, ambos reímos y susurrábamos cuanto nos amábamos. Mi mano mantuvo su tacto en su estómago ,su piel era blanca y suave. El me murmuro algo en el oído que no pude descifrar, El recostó en mi lugar y yo me puse sobre él.

·         Esta vez yo lo bese y sin dudas fue uno de esos besos que jamás podría olvidarme. Bese su mejilla y su cuello, Un largo camino de besos que llegaban hacia su estómago. El gemía y reía al mismo tiempo, las ganas de hacer esas mismas cosas que suceden en los libros eróticos se metió en mi cabeza y sin pensarlo llegue hacia sus bóxers.

-¿Quieres hacerlo o solo quieres provocarme?- Pense mi respuesta. No sabía si estaba preparada, tampoco quería provocarlo…o al menos eso pensaba.

-Te estoy provocando.- le dije riendo.

-Ven, ponte a mi lado.- Me acosté a su lado algo confundida.

-Somos principiantes y eso me hace sentir mejor.- Reí y mire el techo.

-¿Tu como sabes si soy o no principiante?- le pregunte algo picara.

-A mí no me engañas Emma, conozco como eres.- él se puso sobre mi salvajemente.

- Esta bien, Soy virgen Dominic. Soy una maldita novata.-sonrió satisfecho.

-¿Quieres hacer el amor conmigo?- Lo mire sorprendida. El miedo estaba en mi cuerpo nuevamente.

- Dominic, esto no es correcto. Estar en ropa interior no es correcto…- Dude y dude hasta que por fin entendí que posiblemente este día jamás se podría repetir.-…Pero podríamos intentarlo.    

Dominic comenzó a besarme y comenzó a juntar su cuerpo con el mío. Mi corazón decía que si pero mi mente tenía ese miedo y esas ganas de parar. No voy a ser tan hipócrita de decir que Dominic no me ponía, Dominic me ponía y mucho. Me sentía con ese vértigo en el estómago, pero me gustaba sentirlo. El desabrocho mi sostén lentamente mientras arqueaba mi espalda por sus dulces besos en mi cuello. Lo lanzo hacia el suelo, y comenzó a besar mis pechos.  “Oh dios, Dominic” le murmure entrecortado, sostuve su cabello fuertemente estaba sudando y se notaba.  

Puse mis manos en su espalda y comencé a bajarlas cada vez más. Al sentir su trasero las subí de nuevo, entre gemidos y respiraciones aceleradas vi a Dominic traer la sabana, nos cubrimos completamente con ella. El bajo sus bóxers y los lanzo hacia afuera, mire su entrepierna sorprendida. No se necesita describirla, pero era un buen secreto el que escondía allí. Puso sus manos en mis caderas y algo torpe bajo el ultimo pedazo de ropa que cubría mis partes. Nos miramos  y reímos algo nerviosos.

-¿Te has puesto algún condón?- le dije riendo, el asintió y siguió besándome.

-¿Listo? .- se preguntó a si mismo nervioso, asintió.-¿Lista?- me pregunto,  Asentí con un poco de miedo.

Al sentir nuestras partes unidas sentí un vértigo, de esos que te hacen querer gritar, luego el ritmo iba aumentando y yo solo me decidí a gemir ,mire a Dominic gimiendo de placer. Grite un poco bajo y lo bese, el me beso y entre gemidos nuestros besos iban disminuyendo. Hasta quedar en completo silencio, hasta terminar durmiendo a su lado.