Estaba teniendo unos días de mierda, mi cabeza dolia y mi autoestima caía aún más. Dominic me invitó a una cena con sus padres, por supuesto que acepté su inesperada invitacion.
-Buen día, Srta.Williams.- el psiquiatra me recibió con una leve sonrisa, era un gran hombre, su cabello repleto de canas y su traje elegante le daba un toque de sabiduría.
-Buen día.- me recoste en un sofá cama dándole la espalda.
-sigamos con la charla de ayer ¿te parece?- preguntó iniciando conversacion, asentí sería.-Bueno... Bruce quedó en prisión y...
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Caminaba dirigiéndome hacia la selda número 168, fijaba mi vista al suelo.omitiendo cada piropo desubicado de parte de los encarcelados, omitiendo cada mirada perversa y asesina.
-venga por aquí señorita.- oí al vigilante guiarme, suspire con nervios.Afirme mi postura intentando que mis piernas dejarán de temblar.
La celda se abrió dejando ver una silueta sombría sentada frente a una mesa, mi pulso se aceleró y me congele en mi lugar, no me atrevía a mirarlo. Su rostro me miró fijamente, una mirada tan llena de rabia y rencor, odio. Me horrorice al sentir su fría mirada en mi,era tan repugnante. El oficial me envió una mirada tranquilizadora y me acompañó hasta la silla, lo tomé fuertemente de la manga queriendo salir de alli con desesperación, el asintió nuevamente dándome seguridad.
Mis piernas se aflojaron al verlo levantar su rostro y mirarme fijamente a los ojos, me estremecí. Su aspecto era de un típico villano, cabello negro con un rastro mínimo de canas y unos ojos verdes amarillentos que daban una expresión más impactante en el, su piel palida y un cuerpo altísimo. Aquellos detalles me llenaban de asco y odio.
- Emma, ¿A que se debe tu visita?.- dijo con una voz aspera, me daba escalofríos.
-So...solo vine a enfrentrarte.- frunci el ceño, mis labios temblaban y mi voz se entrecortaba.
-¿Enfrentarme? Vamos, no seas patética.- puso sus ojos en blanco con sinismo.
-¿Que sucedió cuándo era pequeña?- exclame con temor, bajé mi vista mirando mis manos y jugando con ellas.
-No, no se de que me hablas.- contestó con indiferencia.
- Si lo sabes.- lo fulmine y recibí una expresión de desinterés.-¡contesta! Hijo de puta.- me armé de valor y me desquite de mi ira.
Odiaba cada parte de el, aborrecia su forma de ser, odiaba que no admitiera lo que me hizo.
-¿Sabes que? Jódete.- soltó una carcajada malévola.
- jódete, eso es lo que voy a decir cuando te vea morir en este calabozo.- me levanté de mi silla.
-Mandale saludos a tu madre.-voltee a ver su expresión de satisfacción, una sonrisa de oreja a oreja que me llenaban aún más de rabia. Estaba loco,y me estaba volviendo loca.
Me acerqué a el y lo tome del cuello de la camisa, el siguió con su expresión malévola.
-Te vas a pudrir aquí.- frunci mi ceño, enferma de odio y rabia quería ahorcarlo.
- Relájate.- me acaricio la mejilla, lo empuje contra el suelo. El vigilante se acercó a mi y me tomó de brazo bruscamente arrastrandome.
- ¡Te vas a pudrir!¡Hijo de puta!- grite mirando su sonrisa provocandora,estaba loca. varios oficiales se acercaron a ayudar para sacarme de allí, gritaba cada cosa que tenía guardada,pero el seguía en el suelo con su sonrisa.
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-¿Te sientes más aliviada?- pregunto el doctor, asentí con algo de duda.
...Al salir de la sesión me acerqué a la entrada principal, miré a Frankie mirarme con una sonrisa, ¿que estará tramando este chico?.
-Hola,cariño.- me dio un abrazó reconfortante, besé su mejilla.
-Hola,¿para que me llamaste?- dije confusa.
-Necesito que me acompañes a hacer unas compras.- exclamo con una leve sonrisa, asentí mientras caminabamos hacía la parada del autobús.- tomemos un taxi, está vez yo pago.- dijo parando un taxi de la avenida, me abrió la puerta como un caballero. Le sonrei amablemente.
Entre idas y vueltas, Frank decidió comprarse unos pantalones ,camisa y zapatos. A mi parecer el tendría una cita, lo se, es raro pero no compre nada aún para la cena con los padres de Dominic.
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Al llegar a mi departamento decidí comenzar un revolcón de ropa, en busca de algo casual para la cena. No sabría como reaccionar al ver a su madre, jamás la ví en persona y aún no conozco su personalidad. Temo que sea esas típicas Señoras adineradas repletas de prejuicios hacía las novias sus hijos.

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El suicida.
Novela Juvenil"Cariño, Algunos héroes no necesitan una capa o un superpoder para salvarte, algunos solo con una sonrisa y algunas palabras te pueden sacar del mismísimo infierno."