Capítulo 23: El alcohol y el amor

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Solo faltaba un día, y pronto, para su mala suerte, Sasuke se despediría de aquel hermoso lugar, aunque estaba seguro, que cuando necesitara relajarse, ese iba a ser el lugar indicado, pronto volvería a casa, y tendría que alejarse de ese tonto rubio que invadía su habitación a cada rato y que empezaba a besarlo de repente.

Aunque debía aceptar que el día anterior, se había pasado un poco, él había indicado el beso, eso era cierto, él se había descontrolado, eso también era cierto, y él quedo con ganas de más, eso también es cierto. Pero luego de reflexionar, descubrió que de seguir así de caliente, hubieran matado las ganas los dos juntos en esa playa y eso era malo, sabía que la isla era un lugar solitario, pero que si alguien más llegaba a descubrirlos, y se divulgaba en la red, su vida artística se acabaría y eso lo debía proteger, después de todo ese era su trabajo.

De tanto estar pensando en eso, decidió que era mejor ir al spa del ryoukan, quizás así se relajase un poco. Justo cuando iba a entrar, se topó con unos lindos ojos azules que le miraron.

-¡Ah! Hola Sasuke ¿Cómo estás? – escucho que le preguntaba con una sonrisa.

-Hola…umm – Sasuke dudaba, se le había olvidado el nombre de la chica.
-Ino – respondió ella agrandando su sonrisa.

-Sí, perdón, Ino, muy bien ¿y tú? – pregunto cortésmente siguiendo con la conversación.

-Bien, ¿entramos? Tal parece que vinimos al mismo lugar – Sasuke meramente asintió y entro con la chica.

Fueron atendidos de inmediato, y ante sus ojos aparecieron aquellas tres paredes blancas, que hacían que tu atención se fuera enseguida a las corredizas de cristal, donde la vegetación era fácilmente visible y sus hermosos colores vibraban y te hacían sentir tranquilo.

Después de cambiarse por una bata de baño blanca, ambos se acostaron, cada uno en su respectivo lugar, y empezaron a ser tratados, mientras los masajes seguían la chica rubia miraba al moreno, se mordió el labio sin poder aguantar y tuvo que hablarle.

-Am, disculpa Sasuke – el pelinegro volteo a verla y esta sonrió nerviosa – no quiero interrumpir tu relajación, pero…es que me pregunto si tú sabes que le pasa a Naruto.

-¿Pasarle? A que te refieres – los sentidos del Uchiha parecieron alertarse y ella se dio cuenta que quizás no lo dijo bien.

-Es que últimamente se la pasa ensimismado y algunas veces le hablamos y no nos contesta nada, ni nos escucha, y ayer se la paso todo el día tarareando un sonido súper suave y no tenemos ni idea – se explicó ella, algo avergonzada de tener que preguntarle a otro sobre un amigo.

-Ahh, la canción, bueno eso es una sorpresa, quizás por eso no ha dicho nada – dijo simplemente, ya que la chica parecía preocupada.

-¿Canción? ¿Va a cantar una canción? – pregunto ella confundida.

-¿Quién sabe? – hablo Sasuke haciéndose el “yo no sé” y volteo su cabeza hacia otro lado, y cerrando los ojos para relajarse por completo.

-¡Que malo! – expreso la rubia haciendo un pechero y cerrando los ojos también.

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Unos buenos masajes y luego una ducha, y Sasuke se sentía como nuevo, miro la hora, encontrándose con que ya eran las seis de la tarde y que pronto anochecería y que la “fiesta” de despedida que organizo Zabuza ya debía estar en plena elaboración, así que decidió ponerse un yukata que el mismo había comprado, era azul marino pero los orillos estaban ocupados por una ancha franja color negro al igual que el cinto de la cintura.

El sonido de los sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora