El sonido de los sentimientos

Capítulo 10: Campamento parte I

-¡¿Por qué?! – preguntaba Naruto a punto de hacer una rabieta


Gaara solo observaba a su amigo pataleando como un bebé en la cama, negarle algo a Naruto era más difícil que hacerlo con un niño, ¡que infantil que era! Le dio la espalda, y escucho otro gruñido del rubio, y luego unas manos que se colaban por su camiseta, soltó un suspiro, se estaba cansando, llevo sus manos a su pecho y atrapo las de Naruto hasta sacarlas de su camiseta, y dejarlo a un lado; volteo a mirar al blondo que ahora lo miraba lleno de rabia.

-No Naruto, tu sabes cómo son nuestras reglas – le dijo el pelirrojo

-¿Y nuestras reglas que tienen que ver en este momento? – pregunto molesto el joven

-Naru, se te nota que “Taka” como tú lo llamas, te gusta bastante, y tú sabes que lo nuestro no es nada más que “una amistad con derechos reservados” así que no vengas a usarme como distracción para matar tus ganas, si tan necesitado estas ahí está el baño, ve y has tu trabajo

-¡Que cruel! – Grito Naruto para luego sonreír – lo sé, estoy siendo algo desconsiderado, pero es que la verdad ni yo estoy convencido de que esto saldrá

-Pero dijiste que te dio su número telefónico y te dio un beso en la mejilla – comento Gaara recordándole a su amigo – alguien que no tiene nada de interés no haría eso

-Sé que si tú lo dices, entonces tienes razón, inclusive me lo he tomado con calma, pero en realidad quiero besarlo y abrazarlo, ayer fue tan tierno cuando… - pensó antes de hablar, era mejor omitir la parte de que lloro en su pecho - me dieron tantas ganas de devorar sus labios, ¡Ah! – Naruto comenzó a gritar como chica colegiala con su primer amor, mientras rodaba por la cama de Gaara y se tapaba la cara con una almohada

-¡No babees mi almohada! – le regaño el pelirrojo y sonrió un poco después – Naru…

-Gaara…gracias, amigo, estoy muy agradecido de tener tus consejos – le dijo con una gran sonrisa

-No tienes nada que agradecer tonto – respondió sonriendo también – entonces nuestro trato llega hasta aquí

-Si – afirmo Naruto estrechándole la mano a su amigo – ha sido un gusto poder estar contigo, si nada funciona, ¿podemos reanudarlo?

-Por supuesto – aseguro el pelirrojo – después de todo, no tenemos que cargar con las responsabilidades de las parejas

-Solo es un divertido acostón que se nos olvida al otro día – comento juguetón Naruto

Ambos comenzaron a reír, mientras tomaban algo refrescante, Naruto había estado ensayando una canción con Gaara, y el tiempo se les alargo sin saber, para cuando Naruto se aprendió la canción y ya la cantaba perfectamente, eran las tres de la tarde, ambos bajaron y comieron algo mientras sonreían. El teléfono del rubio sonó, y lo tomo revisando el mensaje.

-¡Dijo que si! – grito una vez más, con una gran sonrisa

-¿Ah? – el pelirrojo ni siquiera sabía de lo que hablaba

-Es que, esta mañana me llego un video del orfanato donde los niños le pedían a Sasuke que fuera con nosotros al campamento, y finalmente me respondió, ¡dijo que si! – dijo Naruto con una gran sonrisa

-Trata de no violarlo mientras duerman – le comento pícaro su amigo

-Ja, no prometo nada – dijo Naruto guiñándole un ojo


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Había llegado la mañana, el día anterior se la había pasado hablando con Gaara, inclusive con Ino que llego a la casa del pelirrojo en la tarde, pero ahora lo que lo tenía realmente emocionado era el campamento, ya los niños tenían sus mochilas llenas y sus tiendas empacadas y en el autobús, Naruto también estaba igual, solía ir todos los años con ellos, era una buena época, y era un modo de distraerlos y que compartieran más tiempo juntos, hacían juegos y contaban historias de terror, a veces Naruto se asustaba más que el resto de los niños, pero trataba de fingir que todo está bien, se alegró, su corazón le dio un ligero cosquilleo, al ver como Sasuke llegaba, los niños gritaron frenéticos y se le lanzaron al moreno, el cual los recibió y abrazo, ellos le hacían preguntas, sobre canciones y si le gustaba tal cosa, cosas normales pero que lograban sacarle una sonrisa a Sasuke.

Cuando el moreno llego hasta el, le otorgo una sonrisa altanera en forma de saludo, y Naruto le correspondió del mismo modo, se les pidió a los chicos que entraran en el autobús en orden ¡cosa que no hicieron muy bien! Pero aun así, todos emocionaron obedecían, Sasuke tomo asiento al lado de Naruto, se mantuvieron en silencio por unos cuantos minutos hasta que al final el pelinegro interrumpió el callado ambiente.


-¿Hacen esto todos los años? – pregunto Sasuke mientras acomodaba el estuche de su guitarra