Capítulo 27: Una pequeña charla

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De improvisto y como vil ladrón, los primero rayos de sol se colaron de improvisto por la ventana, y con parsimonia se resbalaban por un acanelado ser, que en ese instante dormía como los mismísimos dioses, su cabello rubio totalmente alborotado y sus ojos azules aun cerrados; sus brazos enrollaban protectoramente a un joven de su misma edad, que permanecía con su cabeza oculta en el pecho de aquel rubio hombre.

Aquellos ojos zafiros se abrieron lentamente y llenos de pereza, sus brazos apretaron el bulto que yacía entre ellos, y notando raro aquel cuerpo extra en su cama, bajo su mirada encontrándose con aquel blanco rostro que dormía con una envidiable tranquilidad.

Los colores se subieron al rostro del blondo. ¿En qué momento Sasuke se había colado a su cama? Se había preguntado eso por unos segundos, pero luego sonrió, que más daba que el moreno se hubiera colado en su cama, si le ofreciera dormir con él todas las noches, él aceptaría de inmediato y sin dudar.

Movió su mano acercándola a su reloj digital para observar la hora, y se dio cuenta que debía levantarse a trabajar de inmediato. Por eso, y aunque no quería, tuvo que soltar el maravilloso cuerpo del otro e ir al baño para darse una ducha rápida y así ponerse el “uniforme” del trabajo.

Movía su mano por toda la extensión, mientras buscaba el cuerpo que le había estado dando calor toda la noche y que parecía haber desaparecido. Abrió los ojos aunque no quería y se encontró con el lado de la cama vacío, que tan solo hace un tiempo ocupaba Naruto.

Entonces se sentó en el colchón y se fijó en el guapo rubio que estaba allí, frente al espejo, mientras se agregaba algo de gel y dejaba su cabello perfecto, con ese look alborotado de siempre.

Lo miro de arriba abajo, llevaba una camisa blanca, aparentemente de botones, y unos jeans negros, junto con unas zapatillas deportivas que le quedaban excelente. Cierto, Naruto debía ir a trabajar hoy a pesar de que era su día de descanso, puesto que sus compañeros de trabajo habían ido de fiesta y terminaron intoxicado con la comida y llamaron a Naruto para que ayudara.

El blondo volteo al estar ya listo y se encontró con Sasuke bellamente sentado en su cama, y con una expresión de sueño en su rostro que se le había más tierna que la de un gatito.

Se acercó a él y deposito un beso en su frente.

-Buenos días Sasuke – le saludo con una sonrisa - ¿Dormiste bien?

-Buenos días. – Respondió con su mirada somnolienta mientras se levantaba de la cama – Si, dormí muy bien.

-Me alegra – dijo con una sonrisa mientras tomaba su móvil y lo deslizaba por su bolsillo. – me tengo que ir ya, pasare por el mercado ¿quieres que compre algo?

-Pues – comento mientras salía de la habitación para buscar su cepillo y poder cepillarse – trae lo de siempre, aunque por favor, trae algo más de verduras, porque no hay nada en la nevera.

-Ohh, pero no son nada buenas, me gusta la comida sin verduras – le explico habiendo un puchero.

-Si quieres que te cocine – hablo mientras se cepillaba – tendrás que traer verduras.

-Oh, está bien, tú ganas – dijo aceptando el hecho de que para poder comer la comida de Sasuke debía traer verduras a casa.

-Espera, ¿ya comiste? – pregunto Sasuke mientras se lavaba el rostro.

-Hice ramen instantáneo y listo – le explico, mientras se dirigía a la sala.

-Está bien. Que te vaya bien – le dijo con una sonrisa y Naruto sin poder evitarlo se acercó para así, poder darle un beso al moreno.

El sonido de los sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora