capitulo 4

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Iruma iba nuevamente a leer el dichoso manga con Amelie, sin embargo, recibió un mensaje de esta diciendo que cancelaba debido a que habían surgido problemas con algunos papeleos.
Si retrocedemos unos minutos antes, sabremos que fue lo que pasó realmente.

Resulta que estaba Amelie ocupada preparando té para su pequeña reunión con Iruma, sin embargo, de pronto llegó uno de los miembros del consejo estudiantil.

—¡Presidenta! Tenemos un problema. Los papeles para la organización del presupuesto para el año siguiente han desaparecido —llegó diciendo el subordinado de forma apresurada. Amelie salió corriendo detrás de este a toda prisa mientras mandaba el mensaje a Iruma.
A la vez, observando desde un rincón, se encontraba Asmodeus con dichos papeles en la mano izquierda.
—Lo siento presidenta Amelie, no puedo bajar la guardia ni siquiera con usted —susurró Asmodeus sin darse cuenta que estaba sonriendo levemente.
Aunque su pretexto eran aquellos demonios que vuelven a sus orígenes, en el fondo de él  (pero en lo más profundo) el sabía que no era ese el motivo de su comportamiento. Poco a poco sus deseos más perversos de demonio surgían sin que se diera cuenta. No obstante, reaccionó al instante y dándose una cachetada regresó en sí.
—¿Qué fue eso? No puedo permitirme ser así, yo sólo hago esto por Iruma —trató nuevamente de convencerse.

Los días habían pasado, Iruma estaba todo el rato con Clara y Asmodeus. Más de lo usual se podría decir. Ya que Asmodeus amenazó a todos los de su clase con hacer que su familiar, una serpiente Gorgona, se los tragara de una sola. Los que intentaron desobedecer, como Lied, fueron asustados al ver la muerte tan cerca.

—ah... —suspiró Iruma mientras comía. Dejando de lado la mitad de lo que le habían servido.

—Iruma ¿Se siente bien? —dijo preocupado Asmodeus

—si Irumachi, dejaste mucha comida, si no te la acabas me la comeré yo, ¡grrr! —dijo Clara tratando de hacer reír a Iruma, sin embargo, no dió resultado.

—Iruma, si quiere hoy podemos salir a algún lado, parece deprimido y como una de sus almas gemelas, es mi deber mantenerlo con bien —dijo Asmodeus mientras se acercaba a Iruma.

—Gracias Azz, es sólo que últimamente todos los de la clase han estado actuando raro ¿Acaso hice algo malo? —dijo deprimido el único humano en el trío.

—de ninguna manera Iruma, usted es un gran demonio.
—si Irumachi, si ellos no quieren estar contigo ellos se lo pierden. —ambos demonios trataron de animar a Iruma logrando su cometido en cierta manera.

—gracias, en serio los quiero mucho —dijo Iruma haciendo sonrojar a sus dos compañeros. Clara salto a Iruma para abrazarlo.

—Valac, deja a Iruma —dijo molesto.

—vamos Azz, tu también puedes unirte al abrazo —dijo Iruma alegre mientras le dedicaba una sonrisa al demonio rosa.

Los tres se abrazaron firmemente y con las ocurrencias de Clara comenzaron a jugar y a reír. Asmodeus vió la sonrisa de Iruma, lo cuál hizo a su corazón latir fuertemente. Se sentía feliz, aliviado, el rostro de Iruma lleno de vida y alegría le daba ánimos y un placer inexplicables. No quería dejar de verlo, sin embargo, gracias a que debían regresar a clases tuvieron que dejar el juego de lado y dirigirse a la sala Real.

Mi señor IrumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora