capitulo 7

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Asmodeus en su interior estaba satisfecho con lo que había hecho, no obstante, en cuanto volteó a ver a Iruma su satisfacción desapareció.
Aquel chico estaba rígido, su mirada mostraba algo que le costaba descifrar ¿Asco? ¿Molestia? ¿Indignación? ¿Qué era? Se preguntaba dentro de sí mismo lo que pensaba y sentía Iruma respecto a eso.

—Azz... ¿Quién podría hacer algo así? —quería preguntar Iruma al demonio que estaban parado a su lado, más no lo hizo, el tenía muy en claro donde se encontraba y no podía hacer cualquier pregunta a la ligera o podrían descubrir su verdadera naturaleza.

—Iruma, será mejor que entremos ya, estoy seguro que los maestros harán algo al respecto —dijo Azz tocando el hombro de Iruma.

—Irumachi ¿Estás bien? —preguntó Clara al ver la cara de horror de Iruma.

—jaja, es la segunda vez que me lo preguntan. De nuevo, estoy bien Clara —Iruma no pudo evitar sentirse feliz por los tratos tan adorables de su preciada compañera. Por lo que decidió dejar de pensar en aquella escena y continuar. Total, no sabía el motivo por el cuál ese demonio acabó ahí. Y quizás nunca lo sabría.

Ya durante la clase entró el profesor Kallego a clases, llegó hecho un fiera, su cara mostraba total furia. Y parecía tener algo que ver con el incidente de la mañana.

—Como ya sabrán, alguien algo que no está permitido e involucró el prestigio de esta escuela — Dijo con un aula negativa y sombría rodeándole por completo.
Todos sus alumnos lo miraron firmes, unos con el seño fruncido en señal de seriedad, otros sólo miraban callados y algunos agachaban la cabeza.
—debido a este acontecimiento hoy se irán más temprano, debido a que por ciertas razones las autoridades vendrán a revisar la escena donde se encontró al estudiante— nadie dijo nada, ni un ruido se escuchó. Sólo se veía como todos acentaban con la cabeza.
—bien, saquen su libro de tortura en la página 66 —.

Después de que las clases terminarán más temprano que de costumbre, Iruma, Asmodeus y Clara iban juntos por aquel camino de tierra. No pasó mucho hasta que llegaron a casa del chico azúl.
—Iruma, ¿se encuentra bien? Sé que ya pregunté antes pero en verdad no luce bien— dijo Alice mirando al chico de orbes de igual manera azules, directamente a estos, los cuales parecían como el profundo mar en el mundo humano, sin embargo, ahí donde estaban aquellos ojos para Azz no tenían comparación.
Iruma no pudo evitar sentir un calor en su cara en el mismo momento en el que sus ojos se cruzaron con los de Asmodeus.
—Gracias por preocuparte Azz. Es sólo que... El ver a ese chico ahí me hace pensar que quizás me podría pasar lo mismo a mí.
—No diga eso Iruma, yo nunca dejaría que a usted le pasara algo así, yo... —se quedó callado ¿Qué iba a decir? ¿Cuál era esa palabra que estaba buscando? ¿A existía alguna? —yo... Yo seré la lanza y el escudo de Iruma, así que no debe de preocuparse— retomó con un leve sonrojo.
—Azu Azu, tu piel está roja. ¡Te volviste un Slime de pintura rojo! —gtitó la demonio a carcajadas. Aunque el sonrojo de Azz fuera pequeño, su piel era pálida, por lo que esto destacaba con facilidad en él.

Mi señor IrumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora