capitulo 16

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Lo sé, les dejé con la intriga. Pero mis bloqueos creativos son constantes y tengo un montón de proyectos y pendientes acumulados, de los cuáles no he terminado ninguno. A parte entro a la escuela de nuevo el 12. Bueno, al menos ya elaboré un horario y ahora si podré poner toda mi vida en orden 😓
Sin más que decir, disfruten el capítulo. Qué por cierto, perdí el reto de escribir 12 capitulos en 2 días y ahora le debo 20 pesos a una amiga 😿

Asmodeus se alejó de Iruma asustado, rápidamente lo desnudó y lo volteó. Iruma sólo alcanzó a dar un quegido. Azz pasó su mano lentamente por la espalda del menor y este sintió un leve escalofrío.
—Azz.. tengo miedo... —dijo Iruma con la voz entre quebrada, preparándose para ser devorado por el demonio del que se había enamorado sin saber.
Sintió como la lengua de Alice recorría su espalda y una que otra mordida profunda le hacía sangrar. El ardor se hacía presente después de unos segundos de que cada mordida fuese hecha. Así hasta que llegó al hombro del humano. Iruma ya se había despedido de todos sus seres queridos en su mente. Ya se había dado por muerto cuando sintió un ligero beso sobre su hombro.
Unas lágrimas cayeron sobre su espalda alta. No sabía que estaba sucediendo. El miedo se transformó en curiosidad y volteó la cabeza levemente. Encontrando el rostro de Asmodeus en llanto, Iruma se acomodó para mirarlo mejor. Pero un abrazo se hizo presente.
—Iruma... Iruma... Yo lo siento tanto... Lo arruiné todo... No quería lastimarlo... No quería hacerlo sentir miedo, sólo que pensar que su cuerpo es tan pequeño delicado que cualquier demonio puede hacerle algo en el instante en que lo pierda de vista. Sé que puede hacerles frente pero aún así este miedo no me deja, no quiero perderlo... —dijo entre sollozos y lágrimas.
Iruma no sabía que decir, abrazó de igual manera a Azz.
—Pero por otro lado yo... Siento un extraño deseo primitivo, tenerlo sólo para mí y querer probar cada parte de su ser... Pero no quiero lastimarlo, yo... Estoy mal ¿No es así? Estoy...
—Azz... No importa, si tú lo deseas puedes tomarme. Yo sé que tú nunca me lastimarías, no intencionalmente —dijo sonriendo mientras se separaba de Azz para verlo a la cara.
Los ojos hermosos arruinados por las lágrimas posaban sobre la mirada azul del contrario.

Poco a poco, el ambiente se fue tornando en uno más tierno, todo lo malo dejó de existir por ese instante. Cada parte de ambos se fundió en un beso cálido. La entrega no se hacía esperar y tras cada caricia se demostraban un cariño mutuo. El miedo y el dolor desapareció en un instante, dando paso al amor y el placer. Las escotadas y los suspiros resonaron en las paredes y las lágrimas que caían ya no eran de tristeza, eran de alegría, una alegría que les provocaba un sentir cálido y potente en el corazón a ambos individuos. Esto sólo iba en aumento tras cada caricia que se brindaban. Esto no era una entrega de puro placer para pasar el rato, no. Era un contrato en el que se entregaban mutuamente de manera definitiva. Sin rupturas, sin ataduras. Pues esa entrega no significaba un compromiso, sino más bien un lujo que deseaban ambos.
El calor y el sudor de ellos se entre mezclaban sin pudor y sin vergüenza mientras cada latido se hacía más rápido y resuena con potencia. No importaba nada en ese instante más que la entrega de estos seres. El amor y la determinación para protegerse mutuamente penetraba como un árbol frondoso a la tierra en sus almas. Y en el último momento, cua do el clímax llega, un abrazo se hace presente. Un beso y una sonrisa son más que suficientes para darse a entender que el placer ha sido mutuo y ninguno ha salido herido. Eso es más que suficiente antes de caer rendido ante la noche y descansar al mismo tiempo que se brindan su presencia, pidiendo con todo que ese momento fugaz nunca termine.
Sin embargo, algo rondaba todavía en la mente del demonio...
¿Y sus alas? ¿Y su cola? ¿Qué te pasó mi Iruma? ¿Será acaso que alguien te las ha arrebatado?
No quería pensar de sobremanera, acababa de consumar el acto más fuerte de amor con aquel jovén. Ya en otra ocasión le preguntaría. Ahora sólo deseaba abrazarlo y permanecer así el mayor tiempo posible

¿Qué creyeron? ¿Qué iba a ser una descripción bien hard? Pues no, quería hacer algo más “lindo”. No sé porqué pero consideré este un punto de suma importancia en la historia y no quería irme nada más por la pura lujuria y mi deseo de hacer que estos dos cojan. Bueno, espero que les haya gustado mi interpretación de está escena. Ha, por cierto, ahí queda en ustedes saber quien fue el pasivo, el activo o si fueron versátiles. Disfruten~

Mi señor IrumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora