Capítulo 13

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Clara estaba frente a la sala donde se habían instalado las autoridades con aquella extraña aguja en su mano. Tomó una bocanada de aire que retuvo en sus mejillas y entró a la oficina. Estaba el papá de Amelie junto a otros dos demonios tratando de averiguar dónde estaba Asmodeus y que era lo que tramaba.
—¡Señor Maka, señor Maka!—dijo al instante, pues si parecido con “Maka”, como llamaba a Amelie, era muy obvio.
—¿Qué sucede jovencita?— preguntó uno de los demonios, nadie despegaba la vista de los papeles.
—Encontre está punta en el piso cuando Azu Azu se cayó en la cafetería. Mi papá me enseñó una vez una pero no sé que es— dijo acercándose al escritorio y poniendo la aguja frente a los demonios.
Los tres observaron admirados de la chica Valac, en toda la escuela sólo ella había brindado un dato de utilidad en la búsqueda de Asmodeus e Iruma.
—por favor, encuentren a Irumachi y Azu Azu, quiero jugar con ellos otra vez — dijo Clara mientras una triste sonrisa adornaba su rostro una lágrimas salían de su cara.
—Azu Azu no es malo... No le haría nada a Irumachi... — dijo dejando la aguja en la mesa y saliendo de la oficina mientras el llanto se desprendía cada vez más. Cómo extrañaba a sus “Soulmates” como los había nombrado Iruma. La impotencia de no poder hacer más no hacía la cosa menos dura. Pero tenía que ser valiente para recibir a Irumachi y Azu Azu con un gran juego lleno de comida y diversión para sus dos y más íntimos colegas.

Mientras tanto, Kirio observaba a través del objeto la cara de Iruma una y otra vez, su pequeña desesperación que mostró al ver a su subordinado caer ante las garras de lo más primitivo era sólo una pequeña muestra de lo que deseaba ver en la cara de ese niño.
— quiero más— dijo babeando y extasiado por esa imagen que consideraba hermosa.

Mi señor IrumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora