-Flaviooo, no vale, estas haciendo trampas porque sabes que no se jugar. -Me dijo cruzando los brazos en frente de la tabla de ajedrez-.
Ese día habíamos decidido quedarnos en casa y luego salir por la tarde, llevamos una semana "intentandolo" y la verdad que cada día era mejor que el anterior, me sentía realmente bien con el.
-No te estoy haciendo trampas Samantha.
-¡NO NI POC! -Me dijo alzando la voz en su lengua materna y yo me rei y le tapé la boca-.
-Los vecinos -Dije riendome mientras me situaba detrás de ella en el sofá, abrazandola por la espalda -Venga te voy a enseñar -Dije, haciendo que con mi voz temblase-.
-Venga, a ver -Dijo un poco nerviosa por la escena, nunca habíamos estado tan "íntimos" por decirlo de alguna manera, pero me dio un beso en mi hombro y apoyó su barbilla en mi-.
-Fla...Venga -Dijo echando su cabeza hacia atrás, quedando pegada con mi hombro-.
-No tengo más ganas... -Dije entreteniendome con su pelo-.
-Uf Flavio -Dijo dandose la vuelta y sentandose a horcajadas sobre mi para abrazarme, no había tensión sexual, no pretendíamos llegar a otra parte, pero lo que si, era muy bonito-.
La apreté más hacia mi cuerpo y la oí suspirar en mi cuello.
-Gracias -Me confesó y yo la separe de mi para mirarla-.
-Gracias por todo lo que has hecho por mi en este mes... no se Flavio, has sido la persona a la que le he contado todo lo de mi cabeza y me has apoyado tanto y ahora...me siento muy bien estando contigo, creo que vuelvo a ser un poquito más feliz.
-Mereces ser feliz de una vez, y si yo puedo hacer algo, lo voy a hacer.
-Solo con estar ya lo haces Flavio.
-Que bonita eres.
-Flavio pero es verdad, no lo digo por decir ni por compromiso, si te escribo a las cuatro de la mañana porque necesito hablar, estas conmigo, si me da un ataque de ansiedad, intentas que este mejor -Dijo apoyando su cabeza en mi hombro-.
-Me gusta hacerlo, me gusta ayudarte. -Contesté acariciandole el pelo-.
Nos quedamos unos minutos mas en esa posición hasta que decidimos salir a cenar fuera, por hacer algo diferente y juntos.
...
La noche transcurria bien, bastante bien, eramos nosotros mismos y eso era lo importante alli.
-¿Te ha gustado entonces? -Pregunto Flavio por décima vez-.
Me habia traido a un restaurante, totalmente desconocido para mi, habia apartado mesas para dos sin que yo me enterase antes, asi era el, y asi eran los detalles que hacian que cada dia el me gustase mas y mas.
-Flavio, si, muchas gracias, de verdad- Conteste con sinceridad pasando mi mano por encima de la mesa hasta encontrar la suya y entrelazarlas-.
-No me las des, te lo mereces, todo -Dijo con una sonrisa y creando una atmosfera solo para nosotros-.
Esta burbuja se vio interrumpida por el camarero que vino a traernos la cuenta, Flavio solto mi mano con rápidez y se la llevo a su bolsillo, yo sabiendo sus intenciones intente ser mas rápida y coger el monedero de mi bolso, el camarero entendiendo la situación, se fue con una sonrisa para que nos decidieramos.
-No, no, Flavio que no -Dije parando su mano en la que sostenía la cartera con mi mano-.
-Samantha, que me dejes -Dijo riendose-.