Samantha, tienes que salir, vamos a dar una vuelta -Insistio Maialen-.
-No voy a salir Mai, me duele la cabeza, quiero quedarme aqui.
-Normal que te duela la cabeza, llevas dos semanas llorando y sin salir.
-¿No lo entiendes no? -Dije elevando la voz-.
Maialen con toda la paciencia y ternura del mundo se acerco a mi y empezo a hablarme.
-Claro que lo entiendo, cariño, pero no puedes estar asi, tienes que distraerte.
-Tengo que hacerlo porque el lo esta haciendo ¿verdad? -Pregunte-.
-El esta igual que tu, tampoco sale, asi que callate y dejame hablar.
-Es gilipollas Mai, ya esta, se ha rendido cuando dijo que nunca lo haría, es un puto cobarde -Dije-.
-Flavio es amigo mio, por si se te olvidaba.
-Me da igual, ve a contarselo -Respondi-.
-Mira Samantha, te estas comportando como si tuvieses 18 años ahora, no voy a hablar contigo estando asi -Dijo levantandose del sofa y yo me arrepenti-.
-Mai... -Dije rompiendo a llorar y ella volvio a acercarse a mi -Soy una mierda de persona, lo siento.
Ella se acerco más a mi y me abrazo, y yo seguí llorando.
-No lo eres, estas enamorada y es normal que estes asi, pero te digo yo que esto no acaba aqui, teneis que seguir luchando, no os podeis dejar llevar por todo esto.
-Si al estar enamorada se siente esto, no quiero estarlo.
Ella solo bufó y me animó a seguir hablando.
-Esto es una puta mierda Mai y fue el quien lo arruino todo.
-Lo se, cariño, lo se.
Y ella siempre estaba para mi, tanto ella como mis otras dos compañeras de Flavio, hacia ya dos semanas desde que se habia ido y yo cada dia estaba peor, cada dia lo echaba mas de menos y sabia que esto no podia continuar asi, que tenia que salir, pero no podía hacerlo, no tenía ganas de hacerlo.
...
-Sam, mi vida, deberias de dejar de beber un poquito -Me regaño Eva en la pista de baile-.
Eran las cuatro de la mañana y ese día habia decidido salir con ellas, porque no podia tirarme mas dias llorandole a una persona que ahora estaba feliz sin mi, no lo iba a hacer porque no seria justo para mi, sin embargo de mi cabeza no salia su nombre, su olor, su voz, su presencia...
-Dejame, para una vez que salgo Eva.
-Es que no estas bebiendo por gusto.
-Pues no ¿Pero que mas da?.
-Que dejes de comportarte como una niña de quince años, con alcohol no se solucionan los problemas.
Eso me cayó como una jarra de agua fría, pero era verdad, todo lo que decía era verdad, y no llevaba muy bien que me dijesen las verdades a la cara.
-Déjame -Dije soltando la copa encima de la mesa y saliendo de aquel local para tomar aire fuera, pero ella me siguio hasta fuera-.
-Samantha... -Dijo ella detrás de mi-.
-Quiero estar sola, me voy a ir a casa -Respondí sacando el teléfono para llamar a un taxi-.
-Me voy contigo, ahora aviso a las demás por el móvil.
Yo solo asentí, el taxi llegó y llegamos a casa, cuando subí me fui directa a mi habitación, pues la verdad que no tenía ganas de hablar con ella pero siguió insistiendo hasta que se sentó en mi cama.
-Lo siento por lo de antes, por ser tan directa -Me dijo Eva-.
-No te preocupes, somos iguales, y tienes razón.
-Puedes contar conmigo para lo que quieras, se que no es fácil.
-Eva... -No sabía si quería saberlo, pero era momento de preguntárselo -¿Cómo esta el?.
-Como tu.
-Ya seguro.
-Te lo digo de verdad, no te mentiría con esto ¿sabes? Hablo con el varias veces a la semana y parece que se le ha muerto alguien y no es broma.
-Fue su culpa -Respondi-.
-No puedes estar toda la vida echándole la culpa, se que esta mal lo que hizo pero el también lo está pasando mal con esto -Explico-.
-¿Y que se supone que quieres que haga Eva? -Respondí frustada-.
-El esta intentando contactar contigo y no le coges las llamadas, al menos respondele.
-Mira Eva...es difícil ¿sabes? Si por mi fuera, ahora mismo lo llamaría y le diría todo lo que me pasa pero no puedo ¿sabes porque? Porque si le escucho voy a estar peor, le echo muchísimo de menos y le quiero aún más que antes y cada día más y esto no tiene pinta de rebajarse en mucho tiempo, ha sido la primera vez que me he enamorado y tu eso ya lo sabes, parecía todo de cuento pero claro, todo estaba yendo demasiado bien para ser real -Dije intentando reprimir las lagrimas-.
-Si tienes que llorar, llora, grita, patalea, pero desahógate, no es bueno guardarlo todo dentro Sami -Me aconsejo-.
-Tía...¿pero es que nada me puede ir bien de una vez en la vida? Pasa lo de mi familia, luego me enamoro y en dos meses esa persona se va, sin explicaciones.
-Ven anda -Dijo acercandose a mi en la cama para abrazarme y ahi fue cuando rompi a llorar del todo-.
-Gracias -Dije limpiandome las lagrimas cuando me separe de ella-.
-Estoy para lo que quieras, me voy a mi cuarto y te dejo solo un ratito, si necesitas algo, me buscas, te quiero mucho ¿vale?.
Yo solo asentí y me lance a darle otro abrazo para posteriormente tumbarme en la cama a intentar dormir, pero no lo consegui en toda la noche
En otro lado de España, el murciano se encontraba en su cama como casi todas las noches, pensando solo en aquella mujer rubia que lo traía loco y que ahora en lo único que pensaba es en lo tonto que había sido al dejarla ir tan fácilmente y ahora lo unico que quería hacer era luchar por ella.
Reviso de nuevo sus chats y acabo en el de ella, se distrajo en su foto de perfil, salía preciosa, como siempre, en una foto que el mismo le había hecho un día paseando por Madrid, la foto era desde abajo y se podía apreciar sus kilométricas piernas llena de tatuajes, que a el le traía loco, el pelo ligeramente suelto a la altura de sus hombros y sonreía, sonreía mucho.
Pensó en hablarle, en decirle que lo sentía, que la quería y que la echaba de menos, pero le daba miedo que ella le bloquease o ni si quiera le contestase pero bueno, quien no arriesga no gana ¿no? O eso decían, así que el, le escribió un mensaje.
"¿Puedo llamarte?".
La chica estaba en línea, por eso motivo le escribió, porque eran las cuatro de la mañana, si no la hubiese visto en línea no la hubiese llamado. Leyó su mensaje, salieron los dos tiks azules pero no le contestó, suspiro cansado y dejó el movil encima de la mesita de noche, pero justo cuando estaba por cerrar los ojos, la luz del movil se encendio, con una llamada entrante.
Cuando alargo la mano a coger el movil no se creyó lo que sus ojos estaban viendo en aquella pantalla del móvil, pero sin lugar a dudas, descolgó el telefono.
-Samantha...
------------------------------------------------------------
LO SIENTO POR DEJAROS ASI JAJAJAJA
En esta semana subire el siguiente, gracias por leermeeee
Besooos❤