22. Para todo

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Después de aquella confesión de amor, seguimos toda la noche igual, que si besos, que si roces y terminamos cayendo en brazos de Morfeo en seguida.

Pero no duro mucho la paz, a las cuatro de la mañana me levanté sobresaltada por un fuerte dolor en la parte baja de mi abdomen y me asuste muchísimo, me incorporé y me puse la ropa de interior y una camiseta ancha de Flavio que había tirada por la cama y me incorporé, casi no podía andar, pero como pude fuí hacia el baño, pero el dolor fue mas fuerte y me caí al suelo, no podía mantenerme en pie.

Flavio se levantó sobresaltado y dio un salto en la cama al verme sentada y apoyada en la pared de mi cuarto y yo comence a llorar por el dolor y el miedo que estaba sintiendo en esos momentos.

A veces dicen que el dolor es psicologico, que cuanto mas lo piensas mas te duele, dicen que la mente es muy poderosa, que si piensas que te estas mareando, al final te vas a acabar mareando, pero en realidad, el dolor que yo estaba sintiendo, iba mucho mas alla de lo psicológico, y necesitaba ir a un hospital, rápido.

-¿Que te pasa? -Dijo un Flavio bastante asustado, agachandose para ponerse en mi posición-.

-Me... duele mucho -Dije entre gimoteos tocandome la parte dolorida-.

-Te ayudo a vestirte y nos vamos a un hospital -Dijo ayudandome a incorporarme y sentandome en la cama mientras yo no paraba de llorar y quejarme-.

-No puedo mas, joder, mas rápido Flavio -Respondi subiendo el tono de voz-.

-Samantha, relajate, hago lo que puedo ¿estamos? -Respondió subiendo el tambien el tono-.

-Lo siento.

-No pasa nada, venga, no te muevas que voy a ponerme lo primero que pille -Aviso poniendose unos pantalones y la camiseta que me habia quitado a mi-.

-No va a pasar nada ¿vale? -Dijo levantándome de la cama y bajando a la calle para coger el coche-.

Llegamos al hospital, el camino no se basó en nada más que en llantos, reproches porque quería que Flavio fuese más rapido y quejas, muchas quejas.

Me subieron en una silla de ruedas y me llevaron hacia urgencias donde me pusieron un calmante para el dolor, Flavio no estaba conmigo y me daba muchísimo miedo lo que me estaba pasando y encima le tenía fobia a los hospitales, cuando conseguí relajarme y amenorizar el dolor, me llevaron a hacerme unas pruebas pero yo quería estar con Flavio y no sabia donde estaba, así que le pregunte a la chica que me estaba ayudando a montarme en la silla de ruedas.

-He venido con un chico, alto, moreno y con gafas, ¿Donde está?.

-Si, esta en la sala de espera.

-Quiero que entre conmigo, por favor -Dije entre suplicas y al final la chica, que era super amable y simpática accedió-.

Flavio apareció acompañado de ella por el largo pasillo y vino directo a abrazarme pero nuestro momento duró poco porque me tenían que llevar a hacerme aquellas pruebas.

Terminaron rápido y me subieron a planta donde me dijeron que me iban a tener en observación hasta saber los resultados de las pruebas.

-Duérmete un poquito -Me ánimo Flavio entre aquellas paredes blancas-.

-No tengo sueño bebé -Dije estirando mi mano para que el me la cogiese-.

-Pues entonces descansa.

-Flavio...

El solo me miró interrogante y yo seguí hablando.

-Perdóname por lo de antes, estaba muy nerviosa y no vale como justificación lo sé, pero perdóname y muchas gracias por traerme.

MI REFUGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora