Recuerdo #10

1.8K 178 809
                                    

El imbécil de InuYasha comprando cosas sin llevar dinero consigo... ¿Por qué no le extraña?... Y verdaderamente en otras circunstancias lo dejaría allí solo, haciendo el ridículo... Pero esta vez hará una excepción sólo porque se trata de Rin.

Sesshomaru bufa al ver la desagradable presencia de InuYasha. Desvía su mirada... Y en el fondo entiende y acepta que lo mejor es que el estúpido hubiera intervenido. Saca su billetera y aunque se ve tentado a darle una de sus tarjetas, opta por sólo darle 5 billetes a Rin... Al recibir el dinero la niña parece demasiado asustada.

Rin: ¡Aún no me enseñan a hacer cuentas con estos números! Le diré al abuelo.

Recuerda a la pequeña que le expresó alguna vez su deseo de aprender a leer y escribir, la niña que nunca pudo escribir su nombre correctamente... Ahora la encuentra, siglos después, con un uniforme escolar.

Era una niña de aspecto humilde, un uniforme de escuela pública, ropa y accesorios deteriorados por el uso... Si en sus manos estuviera ella tendría a los mejores tutores, si desea estudiar lo haría en el mejor colegio de Japón o el extranjero... Pero no puede interferir en esto.

Rin ha hablado de su mamá y de su abuelo. Ella tiene una familia y él no puede simplemente llegar e interferir en su destino... Como lo hizo alguna vez.

Sin embargo, por esta vez, opta por darle ese dinero, quizá pueda con ello comprar cosas nuevas y de mejor calidad.

Sesshomaru: (Toca su cabeza a modo de despedida) Conserva el cambio, llevo prisa.

Rin: ¡Señor espere!

Sesshomaru se detiene y Rin se acerca a él, despegando la estrella de su frente y pegándola en su mano.

Rin: ¡Gracias por su compra!

Rin se acerca y toca su mano... Con sus suaves manitas toca nuevamente a un maldito demonio como él... Y con la inocencia de su corazón le agradece y sonríe una vez más.

Su sonrisa.

Algo en su pecho duele y aunque sabe que es imposible, puede jurar que incluso algo allí dentro se ha desmoronado en este instante.

Es Rin... Su pequeña Rin... Y no hay nada que deseé más que quedarse allí con ella, llevarla consigo, estar a su lado, cuidarla, darle todo lo que ella necesite... Y si en un futuro ella elige seguirlo nuevamente... Podría jurar que dedicaría cada instante a hacerla feliz.

Pero la perdió por sus errores, y ahora... Nada le asegura que todo marchará diferente.

Camina rápido, para alejarse de ella, y al doblar la esquina nota que su auto está estacionado allí a pocos metros... Escucha a InuYasha despedirse de ella y nuevamente escucha su dulce y alegre voz.

Rin: ¡Nos vemos!

La deshonra de su linaje lo alcanza, y no sabe lo que dice, no le entiende, no puede siquiera prestarle atención, y la verdad es que no le importa lo que diga o piense... En su mente sólo está ella, la suavidad de sus mejillas, su mirada tierna, su sonrisa inocente y sincera, su dulce voz y el suave tacto de sus manitas.

InuYasha: ¡Imagina si sale su abuelo y te ve! Es que entiendo todo Sesshomaru, pero tú también debes entender que ahora...

Sesshomaru: (Voltea a ver a InuYasha) Conduce tú.

InuYasha se queda estático un momento. ¿Le permitirá conducir su auto?... Si, su hermano mayor abre la puerta del copiloto e ingresa... Emocionado se apresura e ingresa al interior del auto.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora